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Carlos Gil Arbiol: Los or{gmes del cristianismo muchos modos: con afán sensacionalista, con un interés apologético o dogmá. tico, o ateniéndose a los datos históricos del modo más objetivo y académico· (ri, guroso) posible 7 , Esta tercera opción, pese a las dificultades ylimitaciones prolJias del método histórico, es la única recomendable en una sociedad laica, incluso desde un punto de vista creyente, puesto que las lecturas apologéticas y dogmá– ticas pueden llegar a dictar los resultados de la investigación, invalidando así el método y las conclusiones 8 . Una de las características de esta perspectiva crítica es la de mostrar las voces ocultas (u ocultadas), las fuerzas e intereses que pu– dieron mover ciertas decisiones o eventos históricos, las razones de los "perde– dores" y de las víctimas, las tensiones propias de la pluralidad, etc. Las consecuencias, por tanto, de una reconstrucciónhistórico-crítica del pasado pue– den resultar muy relevantes y causar cierto impacto, ¡ibriendo posibilidades in– sospechadas e impulsando el futuro. Teniendo en cuenta este enfoque y ateniéndome a sus presupuestos, voy a presentar de un modo sintético el proceso formativo del cristianismo como un desa– rrollo plural de tradiciones y trayectorias a lo largo de casi dos siglos 9 . Si bien los de– talles sobre cuándo comienza y cuándo termina este proceso han sido objeto de largas discusiones (y sobre los que no hay un absoluto consenso), podemos adoptar lo que va siendo objeto de creciente acuerdo: los orígenes del cristianismo vienen de– limitados por el periodo que abarca desde el año 30 d.C. hasta el 190 d.C., dividién– dose éste en cuatro generaciones (primera generación: 30-70; segunda generación: 7Q.-110; tercera generación: 110-150; cuarta generación: 150-190), si bien no se trata. en ningún caso de periodos cerrados y fijos, sino solapados en gran medida y flexi– bles 10 . De acuerdo a ello, voy a dividir este artículo en cuatro partes, coincidiendo con las cuatro generaciones mencionadas; en cada una de ellas presentaré las caracte– rísticas comunes que identifican esa generación, los testimonios literarios de los gru- 7 Esto no quiere decir que el "método histórico" esté exento de prejuicios, condicionamicntos osca totalmentc objetivo; cí. Rafael Aguiere, "El proceso de surgimiento del cristianismo", en: Aguiere, As{empezó el cristianismo, 22. 8 Cf. Cárlos Gil Arbiol, "La Biblia y el mundo del siglo XXI", Iglesia Viva 238(2009)9-22. 9 Una presentación más detaUada puede encontrase en la obra mencionada: Aguiere, As{ empezó el cristianismo. 10 Para una discusión detallada de los límites, etapas y problemas metodológicos cí. Santiago Guija– rro Oporto y Esther Miquel, "El cristianismo naciente: delimitacion, fuentes y metodologia"; Sal– manticensis 52(2005)5-37; Aguirre, "El proceso de surgimiento del cristianismo", en: Aguirre, As{ empezó el cristianismo, 11-48. Almogaren 49 (2011) 163-193 1 165

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