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Carlos Gil Arbiol: Los orfgenes del cristianismo tradiciones recogidas en los Evangelio de Judas, de Pedro, de Felipe o de Tomás; también son dignos de mención otros como el Evangelio a los Egipcios o el Evan– gelio de los Hebreos, de los que no conservamos más que el nombre. Por último, podemos retrotraer hasta esta generación algunas de las tradiciones más anti– guas recogidas en los Hechos Apócrifos de Andrés o de Pablo y Tecla 58 . Voy a recoger, como en los puntos anteriores, algunos ejemplos en los que se ve el contraste de tradiciones durante esta tercera generación. Lo vamos a ver en dos ejemplos: los diferentes modos de concebir la ekkLesía en el mundo (en re– lación a los modelos organizativos hegemónicos) y la diversa actitud vital ante la historia de Jesús con sus repercusiones éticas (diferente ethos5 9 ). Respecto al primer ejemplo, ya hemos dicho que los autores de las cartas pastorales asumieron el modelo de la casa patriarcal para definir la ekklesía (1TIm 3,15). Esto significó que los roles y lugares en la comunidad venían, al menos ini– cialmente, definidos por la condición social de cada uno de sus miembros. Un claro ejemplo es la relación que los autores establecen entre la falsa enseñanza y el pro– tagonismo de las mujeres en la comunidad. En la exhortación de 2Tun 3,1-17 se habla de "varones soberbios" y "rebeldes a los padres", "temerarios", "con apa– riencia de piedad", "seductores" que "se introducen en las casas y conquistan a mujerzuelas cargadas de pecados y agitadas por toda clase de pasiones, que siem– pre están aprendiendo y no son capaces de llegar al pleno conocÍIniento de la ver– dad" (2TIm 3,2-7)60. Para contrarrestar esta amenaza, el autor de la carta J;ecomienda a Tunoteo permanecer fiel a las "enseñanzas, conducta, fe" de Pablo, así como soportar las "persecuciones" (2TIm 3,10-12); el criterio de discernimiento 58 Para la lista completa y su datación remito, de nuevo, al magnífico elenco de Fernando Rivas, "Elenco de literatura cristiana primitiva", en: Aguirre,Asf empezó e/cristianismo, 549-583. 59 Este término "ethos" es un anglicismo de difícil traducción; el Oxford Dictionary traduce como "las ideas y actitudes morales que vienen dadas por la pertenencia a un grupo particular o socie– dad", algo así como el modo de ser y de conducirse en la vida. En cualquier caso 16 recogemos para reflejar esa compleja relación entre la concepción de Jesús y las diferentes consecuencias mo– rales que derivaron unos seguidores respecto de otros. 60 De éstos se dice también que tienen "la enfermedad de las disputas" y que les gustan las "discu– siones sin fin"(cf. l1ím 6,3-5), así como que caen en la tentación del dinero, de la "codicia insen– sata que arruina" (¡TIm 6,9); que "prohíben el matrimonio y el uso de alimentos" (l1ím 4,3), además de llamarlos "apóstatas". Más allá del juicio que emite el autor de esta carta, se puede per– cibir un cierto perfil; cf. I. Howard Marshall, A critical and exegetical commentary on the Pastoral Epistles (Edinburgh: T & T Clark, 1999),52-55.

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