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Carlos Gil Arbiol: Los orígenes del cristianismo .C] Almogaren 49 (2011) 163-193 36 Cf.las estadísticas que Rodlley Stark Iúzo sobre la demografía de los seguidores de Jesús durante los pti c meros siglos;ver: Rodney Stark,"Ouistianizing the urban empire :an analysis based on 22 Greco-Roman cities",Sociological Analysis 52(1991)n-88 y Rodney Stark, The rise ofChristianity:asociologist recollsi– ders history (Ptinceton, NJ: Ptinceton Univ Pr, 1996), 13.No obstante, este modelo de crecinliento ha sido muy contestado;cUack T. Sanders,"Christians and Jews in the Roman Empire:AConversation witll ROO– ney Stark", Sociological Analysis 53(1992)433-445, Broce 1. Malina, "111e rise oC Christianity: a sociologist reconsiders hístory", Catholic Biblical Quarterly 59(1997)593-595 y Elizabeth A. Oark, "ROOneyStar\<'s The Rise oC Quistianity :A Discussion". Journal oC Early Christian Studies 6(1998)162-267. 37 Es lo que se llamó "la división de los caminos" ("the parting oC the ways" en su ~xpresióll inglesa que se ha consagrado como universal); eC. James D. G. Dunn,Jews and Christians: tlJe parting ofthe qué ha pennitido Dios ese desastre? ¿Cómo seguir siendo judíos cuando no hay so– beranía sobre la tierra ni templo donde ofrecer sacrificios? Quienes mejor res– pondieron a estas cuestiones fueron los judíos pertenecientes a la secta de los fariseos, ya que basaban suprograma de restauración de la alianza eh el cumpli– miento de la ley mosaica, lo único que la conquista de Jerusalén no había destruido. En cualquiercaso, esta crisis afectó a todo el judaísmo, incluidos aquellos seguido– res de Jesús que, si bien procedían de la gentilidad y no se habían circuncidado,. eran herederos de las promesas y tradiciones judías. Fue un acontecimiento que sacudió los cimientos de Israel y determinó la historia de Occidente. Junto a este acontecimiento de la historia universal se dieron cita otros hechos que determinaron el cambio de generación. El primero fue la muerte de los primeros seguidores de Jesús, aquellos que habían sido convocados por él para "estar conél" (cí. Me 3,14), vivir su mismo estilo de VIda itinerante y acor~pañarle en su proyecto de restauración intrajudío. Eran los que hasta este mo– mento habían sostenido la tradición oral; eran los trasmisores de la memoria de Jesús que descansaba en su testimonio. Sin embargo, para este tiempo la mayo– ría de ellos ya habían muerto y se planteó de modo acuciante cómo cultivar la me– moria de Jesús en su ausencia. En segundo lugar, las comunidades de seguidores de Jesús, especialmente las que nacieron en un entorno griego, crecían rápida– mente)6; este dato, positivo para los mismos seguidores de Jesús como resultó, trajo consigo multitud de problemas: los nuevos creyentes traían nuevas pre– guntas y las circunstancias culturales, sociales y políticas desde las quese enten– día la nueva fe fueron ampliándose de modo que se fue haciendo cada vez más necesario el fijar las fronteras de la nUeva identidad de creyente. Así, en t~rcer lugar, todo ello fue determinando la progresiva separación de la corriente hege– mónica del judaísmo: el fariseísmo 37 .Todos estos factores hicieron que esta nueva

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