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de un proceso de reflexión teológica que durará mucho tiempo. Por tanto, aunque el contenido del testimonio no pueda ser verificado, la existencia de ese testimonio permite entender el inicio de un proceso que, partiendo de la idea de la resurrección, volverá la mirada sobre el sentido de la muerte en cruz. Ludger Schenke subraya la importancia de la atribución de las esperanzas de Hijo del hombre ajesús, como el inicio de la reflexión sobre su identidad a partir de los acontecimientos de Pascua 6 • No solo como una búsqueda de identidad para ver quién era jesús, de acuer– do a las tradiciones contenidas en la Escritura, sino también como la afirmación de que todas las preguntas sobre quién es el Mesías, el Hijo del hombre, la Sabiduría eran la misma: todo eso es jesús. La afirmación de la resurrección dejesús (las experiencias pascuales, expresadas de diversos modos en las tradiciones de la tumba vacía o de las apariciones del Resucitado) llevó a unas primeras fórmulas que recogen la identificación dejesús con figuras o tipos tradicionales; entre ellas destacan las figuras escatológicas del Mesías e Hijo del hombre, ambos ya asociados en las tradiciones judías. Las experiencias de en– cuentro con jesús resucitado, por tanto, permitieron comprender la función escatológica de su misión: Dios le había elevado al cielo con la idea de una próxima vuelta parajuzgar y salvar a los elegidos (que era la función del Hijo del hombre: Henet 46,1-48,7; Dan 7,9-14)7. Además, su elevación yplenitud de poder sobre todo poder ydominio, su soberanía, se expresaba con la función del Mesías. Ambas cosas, según L. Schenke, quedaban expresadas con el título de Hijo de Dios (tomado de Sal 2,7). Dice así este autor: Todo el pensamientode laprimeracomunidad ibadirigido a la irrupción del tiempo final, en el que el Resucitado desempeñaría un papel decisivo. Para ello había sido investido por Dios en la resurrección. La vida y obra del Jesús terreno no contó aún apenas en las reflexiones cristológicas. La concepción más antigua fue queJesús, después de ser resucitado por Dios, había sido constituido en Mesías/Hijo del hombre y actuaba desde el cielo preparando su retornos. Cf. Ludger Schenke, La comunidad primitiva: historia y teología (Salamanca: Sígueme, 1999), 176-200. Que se aplicará enseguida alJesús terreno (cf. Le -Q 12,8-9; Mc 2,10.28 ); cf. Schenke, La comunidad primitiva: historia y teología, 192-193. Schenke, La comunidad primitiva: historia y teología, 198. 184 Carlos Gil Arbiol
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