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Esta lectura puede desarrollarse en dos direcciones, como hemos dicho: puede proyectar en el Crucificado las características divinas de Dios o puede, por el contrario, proyectar en la imagen de Dios las características de ese Crucificado 68 • Esto segundo es lo que algunas tradiciones de los orígenes del cristianismo parecen hacer: la cruz obligó a modificar la imagen de Dios. Así, estas lecturas apuntan una nueva interpretación de la muerte deJesús:Jesús no murió en la cruz únicamente como víctima de "losjefes de este mundo" (d. ICor 2,8); su muerte fue, además, el último gesto, la última palabra inarticulada (y quizá la única capaz de transmitir el sentido pleno de su mensaje) con la que Jesús revelaba su identidad y, sobre todo, la de Dios. El Padre de Jesús se revelaba, pues, de acuerdo a esta interpretación de la muerte deJesús, igual al Crucificado: desprovisto de poder conven– cional, vaciado yentregado (d. Flp 2,6-11). Esta interpretación aparece fundamentalmente en los textos paulinos y marcanos 69 • Veamos dos textos de Pablo que reflejan este desarrollo: Flp 2,6-11 y 2Cor 4,4-6. El textomás relevante es, quizás, el (mal) llamado "himno cristológi– con de Flp 2,6-11. Es un texto complejo cuya traducción e interpretación ha hecho correr ríos de tinta 70 • Propongo la siguiente traducción: 6UCSÚS Mesías], siendo imagen de Dios no consideró un botín el ser igual a Dios 'sino que se vació a sí mismo tomando la imagen de esclavo. Siendo como los hombres y viviendo como cualquier hombre llll Aunque esta interpretación no ha sido desarrollada, se puede encontrar de modo incipiente en Roger D. Haigbl,jesUJ, symhol ofCod (Maryknoll, NY: Orbis Bks, 1999), 12-15; John T. Carroll yJoe! B. Green, The ckath of¡esus in early Christianity (Peabody, Mass: Hendrickson Pubs, 1995),121; también en Carlos Gil Arbiol, "¿Qué relevancia actual tiene san Pablo? Apuntes para valorar su novedad en nuestro mundo", Cuestiones Teológicas 85 (2009)99-114. 69 Es difícil, Yen cualquier caso seóa una discusión para otro lugar, detenninar su origen: si se trata de una interpretación que Pablo hereda (y Marcos, lógicamente también) o, heredándola quizá en parte, la asumió como propia, le dio protagonismo yla utilizó como la más genuina expresión de su comprensión de la muerte de Jesús. Sobre la relación de Pablo con Mc, cf. Joel Marcus, "Mark-Interpreter of Paul", New Testament SlUdies 46(2000)47~87 contra Martin Wemer, DerEirifluss paulinischer Theologie im Markusevan– gelium: cine Studie zur neutestamentlichen Theologie (Giessen: Topelmann, 1923). 70 a. ver el StatUJ quaestionis en la reciente monografía de Sergio Rosell Nebreda, Christ identity: a social-scientificreadingofPhilippians 2.5-11 (GOttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 2011),2:"27. 206 Carlos Gil Arbiol

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