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Un ejemplo de este problema se puede apreciar en la historia de la interpretación de Gen 22, la Aquedah de Isaac 58 . En este capítulo se nos cuenta que, durante muchos y largos años. Abraham había pedido descendencia a Yahvé y que, finalmente, éste le había con– cedido un hijo, Isaac, cuando ya parecía estar todo perdido. Sin embargo, más tarde y de un modo sorprendente, arbitrario y ab– surdo, Yahvé tienta a Abraham y le pide que le sacrifique, que mate precisamente a ese hijo (Gen 22,1). Abraham, de modo no menos turbador, acepta sin vacilar y cumple lo que Yahvé le dice; va con Isaac al monte Moria, prepara un altar y levanta la mano contra su hijo. Pero, en ese momento, un ángel del cielo se lo impide de un modo igualmente sorprendente e incomprensible (Gen 22,12) e Isaac salva la vida. En realidad, no se trata de un "final feliz" puesto que deja planteado un problema teológico que no se ha resuelto todavía: el de un Dios arbitrario y caprichoso que pide la muerte de Isaac a manos de su padre. ¿Se puede confiar en este Dios que necesita de víctimas y además de las víctimas más queridas -como lo era Isaac para Abraham, o el mismoJesús para Él- para obtener la salvación y que avance la historia? ¿Se puede creer en un Dios que parecejugar caprichosamente con las creaturas y puede someterlas a las pruebas más duras e incomprensibles? ¿Pueden las víctimas aceptar un Dios así? La interpretación predominantemente cristo– lógica que hemos presentado retoma este problema y lo proyecta sobre la imagen del Dios Padre deJesús 59 • Carlisle; London: Paternoster, 2007); Stephen R Ho1rnes, The wondrous C7VSS: aIonement and penal substitutiml. in the Bible and history (London: Paternoster, 2007). 58 Cf. Edward Noort y Eibert J. C. Tigchelaar, The sacrifice ofIsaac: /he Aqedah (Gtmesis 22) and its interpretations (Leiden; Boslon; Koln: Brill, 2002). 59 El eco de la Aquedah de Isaac en la pintura muestra el problema de los intérpretes para aceptar la imagen de Dios que destila el relato; los autores proyectan en las obras una pregunta, que se percibe en las diferentes actitudes de Isaac ante el cuchillo que se le cierne: ¿Por qué Issac no se rebel6 contra su destino, contra su padre, contra Dios? ¿Por qué acept6 sumisamente su sacrificio en vez de luchar por salvar la vida, que es lo lógico? Cf.John Kenneth Riches, The Bible: a TI") short introduction (Oxford: Oxford University Press, 2000), 56-67. 202 Carlos Gil Arbiol

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