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Rom 9,1-5; 11,25-29), defendió la necesidad de una "nueva alianza" (ICor 11,25; 2Cor 3,6) y le atrajo problemas sin cuento, especialmen– te de otros creyentes en Jesús de tendencia más judaizante (cf. Cal 6,12-13). Como última consecuencia de esta reflexión se preguntaron por el sentido de la historia en general y del final de la misma en particular. Si una de las funciones de la muerte en cruz de Jesús y su posterior resurrección era la inauguración deljuicio escatológico en el que todo iba a quedar al descubierto y en el que a unos se les iba a premiar y a otros a castigar, esto quería decir que la historia estaba a punto de finalizar yque el único objetivo, al menos el primero, de los seguidores de Jesús era congregar en torno a sí al mayor número de creyentes para presentarse ante el Hijo del Hombre que iba a venir ajuzgar. Esta visión escatológica imprimió a todos los seguidores una intensidad a su tarea dificilmente imaginable en otro contexto teológic0 5 !. Las consecuencias, por tanto, eran enormes y todas provenían de la interpretación cristológica, es decir, de la nueva identidad deJesús que derivaba de la interpretación de su muerte y sus efectos. Varios de los textos que Pablo recoge de la tradición previa lo subrayan; veamos dos. En ICor 15,3, una de las interpretaciones más antiguas de la muerte de Jesús, se dice: "Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día según las escrituras". Según este texto, es la muerte deJesús, no su resurrección, la que se convierte en acontecimiento de perdón y de salvación. La muerte de Jesús en la cruz alcanzará tal calado teológico que, si bien al inicio el primer y mayor impacto había sido el de la resurrección, en la experiencia de los helenistas de Damasco y Antioquía quedará prácticamente desplazado por el impacto de la cruz. Esto no quiere decir que no les importara el acontecimiento de la resurrección ni que descuidaran las experiencias a las que he aludido antes; ésas están detrás y, de algún modo, legitiman la pregunta por la cruz. Lo más llamativo, sin embargo, es que, paradójicamente, todas las consecuen– cias las arrancan del acontecimiento de la muerte en cruz, del hecho ':1 . ,'.... ~ ;', " a. David E. Aune, "Early Christian eschatology" en: Freedman, TIu AnchorBible dictitm– ary (6 vals.J, 2:594-609. Las interpretaciones de la muerte deJesús 199
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