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La «riqueza de la pobreza» (2Cor 8)… 118 119 Pablo, pues, muestra su enorme preocupación y su inseguridad ante la empresa que persigue. Pero, sobre todo, muestra en ese fragmento de la Carta a los Romanos su compromiso, su implicación, su ansiedad, su más hondo proyecto en esa colecta. Pablo ha llevado a cabo su misión como «apóstol de los gentiles» (Rom 11,13) y ha creado una comunidades de creyentes en Cristo procedentes de la gentilidad. Su proyecto no ha sido incorporarlos a la alianza que se firma con laTora, sino a la nueva alianza que había sido sellada por Dios a través de la muerte y resurrección de Jesús. Esta nueva alianza superaba las fronteras étnicas del antiguo pueblo y debía expresar la radical novedad de la muerte de Jesús. Si Pablo hubiera circun- cidado a los paganos a los que les anunciaba el Evangelio, habría traicionado la cruz de Jesús (Gál 2,21). Por tanto, el dinero de la colecta era el signo del vínculo de comunión que él había establecido entre las comunidades de Judea, de origen judío, y las comunidades de Macedonia, Acaya y Asia menor, de origen pagano (en su mayoría). Si los creyentes de Jerusalén aceptaban el dinero de la colecta, aceptaban la mano tendida y se fundían en un abrazo universal que sellaría de modo efectivo su más ansiado proyecto misionero: la Iglesia universal. Sin embargo, Pablo no nos dará ya ningún dato respecto a la colecta, porque no conservamos más car tas suyas y, en cualquier caso, las escri- tas por sus discípulos no ofrecen ningún dato explícito. Por otra par te, Lucas, autor del libro de los Hechos de los Apóstoles, ofrece en el capí- tulo 21 de su obra una referencia, aunque está muy determinada por el interés narrativo y teológico de su autor y debemos leerlo con cuidado. Ahí, Lucas menciona el viaje de Pablo con el dinero de la colecta desde Corinto hasta Jerusalén, pasando por Tiro y Cesarea, entre otras ciuda- des. La llegada de Pablo a Jerusalén, tras la primera acogida «con alegría» (Hch 21,17), desencadena una crítica en la que le hacen ver a Pablo los muchos judíos que han abrazado la fe y el recelo que suscita su misión porque exhor ta a «apar tarse de Moisés diciendo que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones» (Hch 21,21). ¿Serán estos a los que Pablo se refería en Rom 15,31 como «desconfiados»? Para resolver el problema planteado, le piden a Pablo una prueba de su fidelidad a la ley «purificándose» y «pagando» por unos judíos que tenían hecho un voto (Hch 21,24). Esta es la única alusión que hace Lucas en este capítulo a la cuestión del dinero que traía Pablo. De acuerdo a este relato, Pablo acepta y paga «por cada uno», aceptando tácitamente el signo de sometimiento «a Moisés». Lucas no dice nada más porque inmediatamente apresan a Pablo. ¿Quiere decir tácitamente el autor de este relato que, del mismo

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