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220 CARLOS GIL ARBIOL bitrio de las cambiantes circunstancias y tendencias vistas. Los ele– mentos que mantienen una cohesión van a aflorar con más claridad en la cuarta generación. Cuarta generación: años 150-190 No es hasta este momento, más bien al final de este periodo, cuando podemos hablar con propiedad de cristianismo o de reli– gión cristiana. Lo que nos hemos encontrado hasta ahora, como mencioné al inicio del articulo, es «los origenes del cristianismo». En esta última generación aparecen los elementos que caracterizan a una religio (como «sistema religioso» )64: tener escrituras sagradas propias, un conjunto definido de creencias, una liturgia propia (con sus ritos y ceremonias) y una cultura material (que en caso de los cristianos se percibe en el uso del códex, edificios propios y restos funerarios)". Este es el proceso de cristalización de la tendencia cen– tripeta de gran parte de las tradiciones cristianas; a pasar de las di– ferencias, y probablemente gracias a ellas y en coherencia con ellas, los elementos comunes se subrayaron sin ahogar las diferencias. Es ahora, a finales del siglo n, cuando los libros que constituirán el canon son ampliamente aceptados como Escritura Sagrada; esto es lo que se ha venido en llamar el «reconocimiento de la pluralidad»66. 64 Cf. A. DESTRD - M. PESCE, Cómo nació el cristianismo joánico: antropología y exégesis del Evangelio de Juan, Sal Terrae, Santander 2002, 7-22. 65 ef. R. AGUIRRE, El proceso de surgimiento del cristianismo, en R. AGUlRRE, Así empezó el cristianismo, 30-31; L.W HURTADO, Los primitivos papiros cristianos: un estudio de los primeros testimonios materiales del movimiento de Jesús, Sígueme, Salamanca 2010. 66 ef. G. THEISSEN, La religión de los primeros cristianos: una teoría del cristia– nismo pdmitivo, 310-321; J. TREBOLLE BARRERA, La Bibliajudíay la Bíblia crístiana: introducción a la historia de la Biblia, Trotta, Madrid 31998, 268: «La forma que el NT adquirió a finales del siglo n no era en modo alguno la única forma imaginable que el canon cristiano podía haber asumido»; Julio Trebolle cita también otros autores que subrayan del mismo modo la pluralidad del canon: «el canon no funda tanto la unidad de la Iglesia, cuanto la pluralidad de confesiones en la Iglesia» (Ka– seman); «El canon reconoce la validez de la diversidad y marca sus límites dentro

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