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216 CARLOS GIL ARBIOL clusión 54 • Si bien para este periodo no están definidos los conceptos de «ortodoxia» o «herejía», se sientan las bases para su delimitación en la siguiente generación. Los grupos humanos que conocemos de este periodo están de– trás de algunos de los textos neotestamentarios y, quizá en mayor medida, detrás de otros textos, algunos de ellos considerados con el tiempo apócrifos". Los más significativos son la cartas pastorales (Primera y Segunda cartas a Timoteo y la Carta a Tito), las tres cartas de Juan y la Segunda Carta de Pedro. Entre los escrítos apos– tólicos podemos mencionar las cartas de Ignacio de Antioquía, el Pastor de Hermas y la Carta de Bernabé. Entre los evangelios apó– crifos, mencionamos las tradiciones recogidas en los Evangelio de Judas, de Pedro, de Felipe o de Tomás; también son dignos de men– ción otros como el Evangelio a los Egipcios o el Evangelio de los Hebreos, de los que no conservamos más que el nombre. Por último, podemos retrotraer hasta esta generacíón algunas de las tradiciones más antiguas recogidas en los Hechos Apócrifos de Andrés o de Pablo y Tecla". Voy a recoger, como en los puntos anteriores, algunos ejemplos en los que se ve el contraste de tradiciones durante esta tercera ge– neración. Lo vamos a ver en dos ejemplos: los diferentes modos de concebir la ekklesia en el mundo (en relación a los modelos orga– nizativos hegemónicos) y la diversa actitud vital ante la historia de Jesús con sus repercusiones éticas (diferente ethos 57 ). 54 cr. M.Y. MACDONALD, Las comunidades paulinas, 235-328. 55 Pero, de nuevo, hay que recordar que en este tiempo no lo eran; ni siquiera tenían un sentido negativo; cr. CARLOS GIL ARBIOL, La «Reconstrucción» de la Bi– blia: Los apócrifos y la memoria, en V. VIDE, - L. SEQUEIROS - E. ARENS - ej. GIL ARBIOL - L. RAMÓN CARBONELL (eds.), Biblia y Cultw'a, Publicaciones Universidad de Deusto, Bilbao 2008,51-70. 56 Para la lista completa y su datación remito, de nuevo, al magnífico elenco de Fernando Rivas, Elenco de literatura cristiana primitiva, en: R. AGUIRRE, Así empezó el cristianismo, 549-583. 57 Este término «ethos» es un anglicismo de dificil traducción; el Oxford Dic– tionary traduce como «las ideas y actitudes morales que vienen dadas por la per-

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