BCCCAP00000000000000000000785

LA PLURALIDAD DE LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO... 213 La tradición que más contrasta con esta apocalíptica es la de las cartas deuteropaulinas y la lucana (Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles). En estas tradiciones destaca una visión mucho más positiva del mundo y del Imperio, hasta el punto de que lejos de distanciarse, adoptaron la estrategia de asimilar elementos e institu– ciones culturales para presentar su mensaje y su forma de vivir (to– mando en serio la invitación de Pablo a «no salir del mundo»: ICa 5,9). Asi, por ejemplo, asumieron con decisión el modelo patriarcal para organizar las casas de los creyentes (cf. Col 3,18-4,1; Ef 5,21– 6,9)48, a diferencia de la tendencia que se percibe en las cartas ori– ginales de Pablo (cf. Ga 3,28; ICo 7,1-24; 11,4-5)49. Esta insistencia en la subordinación de mujeres, hijos-jóvenes y esclavos respecto del paterfamilias revela que, durante la primera generación, la predica– ción de Pablo (y otros) había resultado especialmente atractiva para esos grupos subordinados, hasta el punto de causar alteraciones y aparecer en socíedad como un grupo revolucionario. De ese modo, ígual que habia hecho el judaísmo de la díáspora, mediante los códi– gos domésticos patriarcales se presentaban como ciudadanos ejem– plares, se integraban en la sociedad helenistico-romana, limaban las diferencias y ganaban respetabilidad; asi también, no obstante, bus– caban modificar su entorno, influir, aportando los valores propios". A díferencia de la anterior, lógicamente, la parusía se concebía cada vez como algo más lejano. Como se puede ver, esta segunda generación refleja, de nue– vo, claras características comunes a la vez que contrastes notables. Tanto la forma de presentar a Jesús (la cristología) como la de pre– sentarse los creyentes ante el mundo (y su cosmovisión) diferían en algunos puntos importantes. Esta generación fue, en cualquier caso, decisiva en la supervivencia del movimiento de Jesús y, pro– bablemente, el éxito de la tradición deuteropaulina y lucana para " Cf. ARISTÓTELES, Política 1, 1260a,9-14. 49 ef. c. GIL ARBIOL, El desarrollo de la tradición paulina, en R. AGUlRRE, Así empezó el cristianismo, 255-291. 50 Cf. la crítica de Tácito, Historia 5,5 y la respuestas de Flavio Josefa, Contra Apión 2,199 y de Filón, Apologia 7,3-5.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz