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210 CARLOS GIL ARBIOL uno desde una situación cultural e histórica diferente. Aqui es don– de se perciben con claridad las cuatro tradiciones más importantes de los orígenes del cristianismo: eljudeocristianismo, el paganocris– tianismo, las tradiciones de síntesis y el cristianismo joánico 38 • Los testimonios literarios en esta segunda generación son mu– cho más abundantes que en la primera, lo que refleja el gran creci– miento de los grupos de seguidores, la diversidad geográfica y cul– tural, así como la necesidad de responder a situaciones y preguntas diversas. Una buena parte de estos creyentes en Cristo de segunda generación aparecen tras textos como estos: los evangelios canóni– cos (Evangelio de Mateo, Evangelio de Lucas -al que habria que unir el Libro de los Hechos-, Evangelio de Juan y Evangelio de Marcos 39 ), cartas de la tradición deuteropaulina (Colosenses, Efe– sios y Segunda Tesalonicenses), cartas llamadas católicas (Santiago, Primera de Pedro, Hebreos y Judas), el Apocalípsis, y los primeros textos apostólicos (Didajé y Primera carta de Clemente )40 No sólo destaca la pluralidad de géneros literarios (desde el epistolar al apo– calíptico pasando por el evangélico) sino también de contenidos. Voy a destacar, igual que en la primera generación, algunos contras– tes que subrayan la pluralidad de ideas y prácticas en estos años. Un primer elemento de discrepancia surge al comparar las obras de dos grupos de creyentes que, si bien comparten un desapego res– pecto de las tradiciones judías, reflejan una mirada completamente diferente sobre Jesús y una cristología en llamativa disconformidad. Una es el Evangelío de Juan y la otra el Evangelio de Marcos. El 38 Cf. G. THEISSEN, La religión de los primeros cristianos: una teoría del cristia– nismo primitivo, Sígueme, Salamanca 2002, 304. 39 Aunque lo hemos mencionado como obra de la primera generación, podría– mos situar también aquí el Evangelio de Marcos puesto que se compone en torno al año 70 y comparte algunas características de ambas generaciones; cf. 1. MARCUS, El Evangelio según Marcos 1,1-8,21: nueva traducción con introducción y comen/a– rio,56-58. 40 Para una lista exhaustiva y detallada de las fuentes de los orígenes del cris– tianismo, ver: F. RIVAS, Elenco de literatura cristiana primitiva, en R. AGUIRRE, Así empezó el cristianismo, 549-583.

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