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206 CARLOS GIL ARBIOL de la expiación, del templo o del cordero pascual". Junto a ellas, podemos añadir una interpretación que tiene un tenor diferente y que es teológicamente muy relevante: es la interpre– tación revelatoria que descubre en la muerte de Jesús la imagen de Dios JO • En el himno de Flp 2,6-11, Pablo recoge una tradición anti– gua en la que se presenta a Jesús siendo «imagen de Dios» (sv ~oP<P<; SEO<;). Esta es la misma idea que subyace tras la confesión de Jesús como «hijo de Dios» al final del Evangelio de Marcos (Mc 15,39: «Verdaderamente, este era hijo de Dios»). Una de las caracteristicas más destacadas en la mentalidad mediterránea del siglo 1era la idea de que el hijo debía imitar al padre puesto que era su imagen 31 El hijo era definido como tal en función del cumplimiento de sus obli– gaciones como tal: la honra y la obediencia del padre, además de la sepultura y la honra de su memoria (cf. Ex 20,12; Si 30,1-13)32. Esto es lo que subraya Pablo en Rm 5,19: Jesús es hijo porque obedeció a Dios. Este hecho apunta una nueva interpretación de la muerte 29 Es el caso de las añadiduras helenísticas al relato premarcano de la pasión (Mc 14,57-59; 14,62b; 15,6-16a; 15,29b-31a; 15,33.38) y fórmulas condensadas recogidas por Pablo en Rm 3,24-26 o en ICo 11,23-26;cf. RE MEYER, Tile pre– Pauline formula in Rom 3:25-26a: New Testament Studies 29 (1983) 198-208; L. SCHENKE, La comunidad primitiva: historia y teología, pp. 202-206. En este sentido, los modelos del Justo y el Siervo pudieron llenarse de sentido soteriológico. En cualquier caso, estas distinciones son muy arriesgadas por el carácter hipotético de la localización de las fuentes. 30 Aunque esta interpretación no ha sido desarrollada, se puede encontrar de modo incipiente en R.D. HAIGHT, Jesus, symbol of God, Orbis Bks, Maryknoll, NY 1999, 12-15; también en C. GIL ARBlOL, ¿Qué relevancia actual tiene san Pablo? Apuntes para valorar su novedad en nuestro mundo: Cuestiones Teológicas 85 (2009) 99-114. 31 ef. Si 30,4: «Cuando el padre muere, es como si no muriese, pues deja tras de sí un hijo semejante a él» y D. CASIO, Historia Romana LVI 3,1: «Habéis hecho bien imitando a los dioses y emulando a vuestros padres al traer hijos al mundo del mismo modo que vuestros padres hicieron con vosotros. (...) [Un hijo] es imagen de vuestro cuerpo y alma hasta el punto de que al crecer se convierte en vuestro ym). 32 ef. S. GUIJARRO, Fidelidades en conflicto. La ruptura con la familia por causa del discipulado y de la misión en la tradición sinóptica, Univ. Salamanca, Salamanca 1998, 143.

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