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LA PLURALIDAD DE LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO.•. 205 sado, se subrayaba el significado teológico de aquella muerte: Dios tenía previsto y había anticipado de algún modo la muerte de su Mesías. Los modelos que se utilizaron fueron, entre otros, el de los profetas (cf. Is 5,1-7; Ne 9,26; Mc 12,1-9; Lc -Q-13,34-35)24, el juicio escatológico (cf. Am 8,9; Dn 7,13; Mc 14,62; 15,33)", el del Siervo de Yahvé (cf. Is 52-53; Rm 4,25; ICo 15,1-8) o el justo sufriente (cf. Sal 22; Mc 8,31; 9,12; 15,24.34), el del día de la expiación (cf. Lv 16; Mt 26,26-28; Rm 3,24-26)26, el templo de Jerusalén (cf. Tb 13-14; Mc 13,1-2; 14,57-59; 15,38)27 o el del cordero pascual (cf. Dt 16,1-8; ICo 5,7-8). Surgidas en momentos y lugares diferentes, reflejan la progresiva comprensión del acontecimiento de la muerte de Jesús. Algunas de estas explicaciones, las más antiguas y provenientes de los seguidores de Jesús de habla aramea, no entendían la muerte de Jesús en un sentido soteriológico; es el caso, por ejemplo, de las que usan los modelos de los profetas o del juicio". Probablemente, con el tiempo y entre los seguidores de Jesús de habla griega, estas fueron superadas por aquellas que atribuían a la muerte de Jesús un sentido salvífica; es el caso, por ejemplo, de la interpretación expia– toria, que se interpreta de modos diversos con los modelos del día 24 Cf. 1.S. KLOPPENBORG, Q, el evangelio desconocido, Sígueme, Salamanca 2005, 162. También, IS. KLOPPENBORG, Isa 5:1-7 LXX and Mark 12:1,9, again: Novum testamentum 46 (2004) 12-19. 25 er. L. SCHENKE, La comunidadprimitiva: historia y teología, 205. 26 Los tres últimos modelos para comprender la muerte de Jesús se entremez– claron has hacerlos muchas veces inseparables; er. HURTADO, Seflor Jesucristo. La devoción a Jesús en el cristianismo primitivo, 157-164; L. SCHENKE, La comunidad primitiva: historia y teologia, 200-214. 27 Cf. C.A. EVANS, Jesus and James: martyrs of the Temple, en B.D. CHILTON– C.A. EVANs (eds.), James the Just and Christian origins, E J Brill, Leiden 1999, 233– 249 YE.P. SANDERs,Jesús y e/judaísmo, Trotla, Madrid 2004,116-130. 28 Así, por ejemplo, el relato premarcano de la pasión o el documento Q; cf. GUIJARRO OPORTO, «El relato pre-marcano de la pasión y la historia del cristianis– mo naciente~>; ScHENKE, La comunidadprimitiva: historia y teología, 201. Esposible, además, que las interpretaciones del Justo sufriente o del Siervo de Yahvé, al inicio, no tuvieran un sentido necesariamente soteriológico sino únicamente explicativo, ofreciendo una explicación contra el sinsentido de la muerte de Jesús en la cruz.

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