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96 Un debate que no acaba REVISTA BÍBLICA 2019 / 1 2 Antes de adentrarnos en la propuesta de Pablo, es necesaria una pa- labra sobre las diversas perspectivas que estos temas han creado en los es- tudiosos actuales. Se ha generalizado la expresión “perspectiva tradicio- nal” para referirse a la adoptada por unos autores que han minimizado o ignorado la pluralidad del JST y han destacado o exagerado solo algunos aspectos del mismo, frente a los cuales la figura de Pablo destaca como un salvador; son autores que en su mayoría han desarrollado su actividad aca- démica en el siglo pasado, como Ferdinand Ch. Baur, Ferdinand Weber, Wilhelm Busset, Rudolf Bultmann o Gunther Bornkamm 19 . Esta perspecti- va tradicional ve el judaísmo como una religión del pasado o del futuro, pero no del presente, que solo tiene sentido como un paréntesis de espera que Dios recompensará mediante obras de justicia que la persona debe acumu- lar para ganarse el derecho a estar entre los elegidos. Esta visión del judaís- mo considera que los israelitas del tiempo de Pablo habían sustituido la piedad por un sistema legalista y anacrónico que controlaba sus vidas y que hacía imposible su cumplimiento, obligando al creyente a ser continua- mente transgresor. Para esta perspectiva, este “judaísmo” es una religión imposible o infantil, necesitada de un salvador que le haga madurar. Pablo ofreció esa salvación en Cristo, convirtiéndose en el supuesto fundador del cristianismo. Algunos autores actuales mantienen este punto de vista al leer a Pablo 20 . Esta perspectiva tradicional fue superada, en su mayor parte, cuando en el último tercio del siglo pasado se generalizó la idea del JST como una religión plural no dominada por la legalidad y el peso de la responsabili- dad, sino por el don de la alianza y la gracia como principios fundamenta- les. A esta nueva perspectiva colaboró decisivamente el trabajo menciona- do más arriba de E. P. Sanders. Otros autores construyeron sobre esta perspectiva una visión del judaísmo más ajustada a los datos literarios y una valoración de la aportación de Pablo más coherente con ese contex- to 21 . Para esta “nueva perspectiva”, Pablo no descubre o señala un fallo o una limitación del judaísmo, sino, en todo caso, de las interpretaciones que algunos compatriotas suyos hacían de su propia tradición; entre esos se si- tuaría él mismo antes de su vocación. Pablo estaría más impulsado por el descubrimiento de la urgencia del tiempo que vivía, la antesala del final. Esta inminencia le lanzó a desarrollar apresuradamente el proyecto univer- sal que ya anticiparan el Segundo y Tercer Isaías –y Jonás, Tobit, etc.– y 19 Cf. Z etterholm , Approaches to Paul, caps. 2 y 3. 20 Cf. G athercole , Where is boasting?; id ., Defending substitution . 21 Cf. D unn , The new perspective on Paul; W right , Paul in fresh perspective .
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