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113 Carlos Gil Arbiol REVISTA BÍBLICA   2019 / 1 2 cambiado (especialmente tras la guerra judía de los años 66-70 d. C.). Es- tos autores, si bien coincidían en el empeño de recuperar algo del proyecto de Pablo, disentían en el resultado, dando lugar a diversas reconstruccio- nes. Así, la memoria de Pablo durante el siglo ii fue enormemente plural, convirtiéndose de hecho en un campo de batalla entre los creyentes en Cristo de ese siglo  77 . Señalo brevemente cómo cambiaron las cinco carac- terísticas del proyecto de Pablo mencionadas más arriba. En primer lugar, aquella teología y eclesiología, tan centradas en la cruz, habían resultado demasiado paradójicas, especialmente porque Pablo había sacado consecuencias prácticas, como hemos visto; por ello se com- pensó ampliándolas para limitar las paradojas y reducir los conflictos. Se equilibró con la teología de la resurrección/exaltación del Crucificado (Col 1,15-20; Ef 1,3;2,6) y con una teología de la vida de Jesús (evangelio de Marcos) que explicaba el sentido de la cruz  78 . En segundo lugar, la ekkl ē sía creció, pero fundamentalmente por la incorporación de gentiles, que cam- biaron el perfil que había tenido hasta entonces, adquiriendo sentido y fina- lidad en sí misma (Ef 3,5), y terminará reemplazando el lugar de Israel en el plan de Dios (Col 1,24; Ef 1,22-23; 3,8-10). Por su parte, Lucas afirma en Hch 28,23-28 que “Pablo” renuncia a la salvación de Israel –en claro contraste con Rom 11,26– y que observa la Torá como un maestro moral. En tercer lugar, la resistencia a estructuras existentes dio paso a la asunción de los modelos hegemónicos, como el patriarcado; las mujeres, esclavos y jóvenes ocupan sus lugares en la ekkl ē sía de acuerdo con el lugar que ocu- pan en la sociedad; el modelo de autoridad y liderazgo se pone en manos del paterfamilias (1 Tim 3), y las autoridades civiles son objeto de respeto (Hch 26,30-31). En cuarto lugar, los acontecimientos en torno al año 70 d. C. obligaron a desplazar la inminencia del fin y a cambiar la resistencia por la inserción en el Imperio; para ello, Col 1,13 y Ef 2,4-6 sugirieron que aquel final esperado podía haber ocurrido en la misma Pascua de Jesús, y que el retraso ofrecía más oportunidades para el anuncio del Evangelio (2 Tes 2,1-12). Igualmente, Lucas, en Hechos, muestra cómo la fe en Jesús sirve para inocular en los creyentes una ciudadanía que enriquece a Roma. En quinto lugar, se acaba la discusión sobre la autoridad de “Pablo” y no se cuestiona; es presentado como apóstol que ha entregado su vida por la 77  Cf. P ervo , Pablo después de Pablo; B ird – D odson , Paul and the second century; M arguerat , “Paul après Paul”; N ienhuis , Not by Paul alone . 78  Lucas es, quizá, el mejor representante de esta doble ampliación, con la ela- boración de su doble obra: el evangelio de Lucas desarrolla la teología de la histo- ria de Jesús y el libro de los Hechos desarrolla la teología de la resurrección en la historia.

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