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CARLOS GIL ARBIOL el lugar de la víctima se descubre que el discurso sobre un dios que acepta o justifica la existencia de víctimas es injusto y horrible y que, desde el punto de vista de Dios, el Dios revelado en la cruz de Jesús, es, además, blasfemo. 2. Imágenes de Dios y el Dios de Jesús Para acercarnos a la experiencia de la misericordia en Jesús, resulta muy útil mirar las referencias que Jesús tenía en su propia tradición, que le ofrecían diversas imágenes de Dios en la Biblia hebrea. Estas imágenes de Yahvé son muchas y variadas. Así, por ejemplo, en el relato del diluvio (Gen 6-9), nos encon– tramos con el dios airado por los pecados de su pueblo que deci– de aniquilar a toda la humanidad (reservándose un grupo puro). Cuando termina el diluvio (después de arrasar toda la humanidad excepto la familia de Noé) Noé ofrece un holocausto a Yahvé; el texto termina así: «Al aspirar Yahvé el calmante aroma, dijo para sí: "Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a destruir a los seres vivientes, como he hecho"» (Gen 8,21). Igualmente, en el libro de Josué (Jos 6,17-21) nos topamos con el dios que exige violencia contra los pueblos cananeos conquista– dos, como en el caso de la destrucción total de Jericó (incluyendo el asesinato de todos los habitantes), cuando Yahvé les dice: <<La ciu– dad será destruida como anatema a Yahvé con todo lo que haya en ella»; <<Destruyeron en obediencia a Yahvé todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos cayeron muertos a espada». También aparece en sus páginas el dios extraño que permite la venta de una hija como esclava (Ex 21,7) o el dios riguroso con las normas que pide la obediencia de un hijo a sus padres a toda costa y que exige su lapidación hasta la muerte en caso de desobediencia, como aparece en Dt 21,18-21: <<Si un hombre tiene un hijo rebelde y

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