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. ~ j:.C-,_:"'. )~ 78 C~rlos Gil Arbiol ferentes identidades sociales en el paso de la primera a la segunda genera– ción de la tradición paulina 13 • ¿Pudo ser en algón momento una ventaja el ser esclavo y ser cristiano? ¿Pudo esta ventaja en algón momento desaparecer? ¿Pudo alguna vez traducirse en prerrogativa el hecho de ser mujer y ser cre– yente en Cristo? ¿Pudo resultar en algún momento un conflicto o una des– ventaja para una mujer el hecho de ser cristiana? ¿Qué influencia mutua hubo entre las diferentes identidades sociales de un creyente? ¿Pudo esta influen– cia jugar un papel importante en el proceso de penetración socio-cultural de la tradición paulina durante la segunda generación? ¿Tuvo esto consecuen– cias en la propia identidad cristiana? Para responder a estas preguntas vamos a tomar como hilo conductor de este proceso en las dos primeras generaciones de la tradición paulina la imagen del cuerpo humano como generadora de identidad 14 • Este proceso es ciertamente complejo y tiene muchas estrategias 15 ; sin embargo, la ima– gen del cuerpo es una potente metáfora utilizada con muy diferentes propó– sitos en la antigüedad; uno de ellos, quizá el más significativo, es su capaci– dad para generar identidad en muy diversas situaciones. Esta función se 13 Esther Miquel me ha hecho notar la oportunidad de utilizar el concepto de "promotor de iden– tidad" (cf. ESLER, 65 donde explica el origen del término y su usol para calificar tanto a Pablo como a los autores de las cartas deuteropauJinas. Se trata de subrayar que en los grupos suele haber lideres que tienen interés en promover la asunción de determinadas identidades grupa– les. Los intereses de estos lideres pueden ser muy diversos, pero, entre otros, destaca el in– terés por la incorporación o la permanencia de determinados colectivos dentro del grupo que lideran. Esto explicaría por qué la identidad cristiana propuesta por Pablo pudo ser atractiva para unos colectivos distintos de los que podrfan encontrar atractiva la identidad cristiana pro– puesta por los autores de las cartas deuteropaulinas. 14 Para una presentación de las imágenes y significado del cue rpo en el contexto romano de Pablo ver A. ROUSSELLE, "Body politics in ancient Rome", en: G. DuBY- M. PERROT, A historyof women in the West 1: From Ancient Goddesses to Christian Saints (Cambridge, MA 1992} 296– 337; también: ID., Pomeia: On Desire and the Body in Antiquity (NewYork 1988}. Para una presentación del uso de la imagen del cuerpo en Pablo ver: J. D. G. DUNN, "The body of Christ in Paul'; en: M. J. WILKINS - T. PAIGE (eds.), Worship Theology and Ministry in the early Church (Sheffield 1992) 146-162; L. M. LEE, Paul, the Stoicsandthe bodyofChrist{SNTSMS 137; Cambridge 2006J; R. H. GUNDRY, S6ma in biblical theology: with emphasis on Pauline anthro– pology (SNTS.MS 29; Cambridge 1976); K. O. SANDNES, Belly and body in the Pauline epistles (SNTS.MS 120; Cambridge 2002); D. B. MARTIN, The Corinthian Body [New Haven 1995), 15 Como la creación de normas o la estereotipia; cf. ESLER, 4143; R. BROWN, Group Processes: Dynamics within and between Groups (Oxford 2000) 290.
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