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77 Este marco parece un contexto teórico adecuado para plantear pre– guntas sobre algunos conflictos que aparecen en la primera y en la segunda generaciónt 2 de la tradición paulina. Así, el interés que motiva este estudio es indagar en las eventuales ventajas que para algunas personas pudo cons– tituir el ser cristiano, así como la posibilidad de conflictos internos entre di- {aquellos a los que la sociedad en torno adscribe al individuo (p.ej. la familia, raza, estatus sa– cial, etc.) y la pertenencia voluntaria a otro tipo de grupos (p.ej. asociaciones voluntarias). En el primer caso, es la sociedad en torno la que adscribe al individuo una determinada identidad social. El individuo, aunque la acepte, la recibe pasivamente. En el segundo caso, es el indivi– duo quien asume la iniciativa de adquirir la identidad que el grupo al que se adhiere puede ofre– cerle. La sociedad en torno podrá distinguir y categoriza r a los miembros de un grupo de per– tenencia voluntaria, pero no es responsable de la formación de ese grupo. También es posible que la categorización que le da la sociedad no refleje el sentido de identidad que el grupo ofrece internamente a sus m'lembros. 11 TAJFEL, Grupos humanos y categorías sociales, 293. 12 Respecto al uso del término "generación" para distribuir las etapas del nacimiento del cristia– nismo ver: S. GUIJARRO - E. MIQUEL, "El Cristianismo Naciente: delimitación, fuentes y meto– dología": Salmanticensis 52 {2005l 5-37. 2. LA CONSTRUCCiÓN OE LA IDENTIDAD EN LAS DOS PRIMERAS GENERACIONES Henri Tajfel, polaco afincado en el Reino Unido e impulsor (junto con su discípulo John Turner) de la teoría de la identidad social, ofrece algunas pistas sobre los mecanismos de mantenimiento de la identidad en situacio– nes conflictivas. Así, afirma él, puede suponerse que "un individuo tenderá a permanecer como miembro de un grupo o a buscar la pertenencia a nuevos grupos si estos tienen alguna contribución que hacer a los aspectos positivos de SU identidad(es) sociaI(es), es decir aquellos aspectos de los que se obtiene alguna satisfacción". Así, una veZ dentro del grupo, si éste deja de satisfacer este requisito tenderá a abandonarlo a no ser que "entre en conflicto con va– lores fundamentales que en sí mismos son una parte de su autoimagen acep– table"; en tal caso, o acepta la situación "o bien intentará cambiar la interpre– tación que hace de los atributos desagradables del grupo para hacerlos aceptables o justificables"ll. La evolución de la imagen del cuerpo en la tradición paulina

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