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204 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 que proyecte los acontecimientos posteriores como resultado inevitable de los primeros. Se ha leído demasiadas veces a Pablo caricaturizando el ju- daísmo para destacar el cristianismo, con nefastas consecuencias para am- bas religiones. Por lo tanto, reconozco que el contexto correcto en el que interpretar a Pablo es el judaísmo de su tiempo, y que su proyecto fue re- novar el judaísmo a partir del acontecimiento pascual de Jesús, el Mesías crucificado. En segundo lugar, las cartas atribuidas a Pablo forman un complejo conjunto de textos que requieren una organización. Entre las catorce atribui- das a él, solo siete son incuestionadas entre los especialistas como origina- les, mientras que las demás son discutidas; en lo que sigue me limitaré a esas siete. Además, es muy debatida igualmente la unidad literaria de algunas de esas siete, siendo muy difícil llegar a un consenso. Considero que hay indi- cios suficientes para aceptar que 1 y 2 Cor, así como Flp y Rom, están for- madas a partir de cartas originalmente independientes. Igualmente se debate sobre la existencia de glosas e inserciones  5 . Todos estos aspectos son de ma- yor interés para algunos temas relacionados con las estrategias misioneras de Pablo, con su biografía y la evolución de su proyecto tras su muerte. En tercer lugar, las siete cartas indudablemente originales de Pablo son obras de situación. Esto significa que han sido diseñadas y escritas atendiendo a las preguntas, problemas y necesidades de sus destinatarios originales, tal como le son conocidos a Pablo. Esto exige un empeño explí- cito por aclarar estas circunstancias de composición y comprender su estra- tegia de respuesta en ese marco, no en el del intérprete; el correcto enfoque para ello es utilizar las herramientas de las ciencias sociales e históricas (sociología, antropología, arqueología, historia, epigrafía, filología, etc.) para comprender esas circunstancias. Las lecturas moralizantes han daña- do mucho la memoria de Pablo y lo han convertido para muchos contem- poráneos en un dispensador de consejos anacrónicos e irrespetuosos con la dignidad de algunas personas. En cuarto lugar, cabe decir que no todo lo que Pablo afirma en sus cartas tiene el mismo valor. Según lo dicho más arriba, los textos conserva- dos responden a preguntas y necesidades muy diversas, recogiendo avisos o consejos de valor muy limitado a esas circunstancias, así como principios más generales de mayor alcance. Hay en esas cartas afirmaciones que sos- tienen toda la cosmovisión paulina y que tienen valor perenne (como la centralidad de la cruz como reveladora de Dios), junto con comentarios domésticos o caducos que solo tienen sentido en aquellas circunstancias 5  Cf. V idal , Las cartas auténticas de Pablo, 13-28.

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