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234 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 Ir con prostitutas significaba ejercer el abuso y el poder sobre los miembros más débiles de esa jerarquía. Ese comportamiento oculta el ros- tro del Dios de Jesús y recuerda el rostro de Júpiter o de Apolo. El rechazo de la prostitución, por tanto, es otro ejemplo más de la nueva ciudadanía que tomaba su modelo en la cruz, expresada en términos de una “ciudada- nía del cielo” frente a los “enemigos de la cruz” (Flp 3,18-20). La predica- ción de la cruz fue un callado desafío al Imperio, porque propugnaba unos valores inversos a los hegemónicos, todos sostenidos sobre la proclama- ción del Señor de la cruz (1 Cor 2,8)  91 . Con esta propuesta paradójica y profundamente alternativa, los cre- yentes en el Mesías crucificado construyeron una alternativa de ciudadanía que no reproducía el círculo de la violencia de Roma, porque no se imponía sobre nadie ni buscaba conquistar o dominar, sino descubrir el valor de to- das las personas, especialmente aquellas que sufrían los estigmas del poder del Imperio, sus víctimas. En el seno de sus asambleas no se reproducían (aunque Pablo les debe llamar la atención en varias ocasiones, porque no lo logran) los valores de la imposición, la opresión; no se estigmatizaba al dé- bil o inculto, no se despreciaba al pobre, a la mujer o al esclavo, el ciuda- dano romano no tenía autoridad sobre el extranjero, ni el amo sobre el es- clavo… Era un ensayo de una ciudadanía nueva que atrajo a todos aquellos que no terminaban de encajar con los valores del Imperio y a todos aque- llos que se reconocieron en el Crucificado por sus mismos estigmas. La cruz construyó una alternativa. 5. Conclusión El descubrimiento del significado teológico de la cruz le abrió a Pa- blo a una experiencia de transformación personal que tenía su centro en el acontecimiento de la muerte de Jesús, pero que se remitía al profundo cam- bio teológico de la nueva imagen de Dios que se descubría tras ella. Desde ese nuevo modelo teológico elaboró una propuesta de vida en el Imperio, basada en el paradójico mensaje de la cruz: los estigmas de Jesús permitían identificarse a los estigmatizados del Imperio y descubrir en esos estigmas 91  Esto le obligó a Pablo a enfrentarse no solo con el Imperio, sino también con otros seguidores de Jesús a los que llama “enemigos de la cruz del Mesías” (toùs ejthroùs tou staurou tou Jristou); esta expresión, que aparece en Flp 3,18, refleja una oposición que Pablo encuentra también en Galacia (Gal 5,11; 6,12.14) y muy proba- blemente en otros lugares (cf. 1 Cor 1,18-25; 2 Cor 11,4-12,10; Rom 6,6).

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