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231 Carlos Gil Arbiol REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 sobre la composición de la ekkl ē sía no es únicamente retórica y refleja una significativa pluralidad, determinada, no obstante, por lo que hemos llama- do “inconsistencia de estatus”  84 . Así se dirige a los corintios: ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien a los locos del mundo para confundir a los sabios. Y ha esco- gido Dios a los débiles del mundo para confundir a los fuertes. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Esta preeminencia que Pablo otorga a los considerados “locos”, “dé- biles” y “plebeyos” es coherente con el modo de resolver la amenaza de desintegración interna en la ekkl ē sía que muestra en 1 Cor 12,12-27. Dice: Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miem- bros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo […]. Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles son indispensables. Y a los que nos parecen los más viles del cuerpo los rodeamos de mayor honor. Así, a nues- tras partes deshonestas las vestimos con mayor honestidad. Pues nuestras partes honestas no lo necesitan. Dios ha formado el cuerpo dando más ho- nor a los miembros que carecían de él (1 Cor 12,12.22-24). En estos textos, Pablo no solo está utilizando retóricamente la para- doja para provocar una reflexión; además está intentando ofrecer una estra- tegia de creación de identidad mediante el reflejo social del rostro del Dios de Jesús crucificado. Ante los conflictos que padecen los corintios (discor- dias y desprecios a los más ignorantes y débiles socialmente), Pablo sostie- ne que el perfil de la ekkl ē sía no debe reproducir los valores hegemónicos para mostrar un rostro digno y honorable para los demás, sino reflejar el abajamiento hasta la cruz de Jesús. Este modelo le impulsa a Pablo a pro- poner un rostro social de su asamblea marcado por lo paradójico, lo extra- ño, lo inesperado, del mismo modo que la cruz lo es para el rostro de Dios. La ekkl ē sía debe transparentar en su propio perfil social los rasgos de la cruz. En Corinto, estos rasgos eran, precisamente, el ensalzamiento de la locu- ra, la debilidad, el bajo estatus social; este es el rostro del cuerpo social que constituye la ekkl ē sía, mediante el que reflejan socialmente al Dios en quien confían; otras estrategias pueden ser más eficaces y exitosas, pero no reflejan al Dios de la cruz. En este mismo sentido, Pablo despliega un modelo de autoridad dentro de la ekkl ē sía, un liderazgo de acuerdo con la cruz. Pablo fue, como 84  Cf. M eeks , Los primeros cristianos urbanos, 280-281; T heissen , Estudios de so- ciología del cristianismo primitivo, 189-193.

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