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226 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 era un acto público que arrojaba vergüenza y deshonor sobre la víctima, su memoria y su familia; nos han llegado numerosos testimonios del horror y desprecio que Roma sentía por los crucificados  68 . Todo esto hace especial- mente insólito y extraño el mensaje de la cruz de Jesús como Evangelio, un relato en el que se ponía de manifiesto que los dioses (Dios) actúan de otro modo y que valoran y acogen a las personas no en función de sus intereses divinos, sino por lo que cada persona es. Parece difícil encontrar una aso- ciación de ideas más contraria al estándar romano. Pablo no proclamó, probablemente, esta palabra de la cruz a los cua- tro vientos, en discursos cargados de retórica en el ágora de Atenas, Tesaló- nica o Éfeso; su modo de proceder perece más discreto y marginal (por los márgenes de la ciudad). Él mismo cuenta que, cuando llega a una ciu- dad, se pone a trabajar en su propio oficio, tras buscar el barrio de los guar- nicioneros y ofrecer su trabajo a cambio de comida y cobijo (cf. 1 Tes 2,9; 4,11; 1 Cor 9,13-15; 2 Cor 11,7-9, etc.); los hallazgos arqueológicos sobre la forma de vivienda más generalizada, las insulae, resultan contextos muy plausibles para esta misión  69 . En ese contexto parece que comienza a “re- sonar” (1 Tes 1,8) su mensaje, que probablemente se fue extendiendo en ambientes gremiales, domésticos y asociativos  70 . Más allá de los medios y formas utilizados, parece que este mensaje de la cruz resultó de cierto éxi- to, probablemente entre las personas subordinadas según la organización patriarcal: mujeres, esclavos, inmigrantes. Muchos de estos, con seguridad, habrían tenido algún contacto con el judaísmo y quizá se encontraban entre los temerosos de Dios que rondaban las reuniones sinagogales. Las cartas de Pablo reflejan, en cualquier caso, unos grupos plurales y mestizos. No es tarea fácil explicar cuáles pudieron ser las razones de la atrac- ción de este mensaje de la cruz  71 . Los autores han señalado, sobre todo, algunos de estos factores: un sentido de fuerte pertenencia a un grupo con funciones de familia de sustitución junto con una identidad distinguida y un reconocimiento de su propia dignidad; redes sociales para insertarse en el entorno social; unas orientaciones éticas claras y elevadas; una valora- ción de la persona individual con independencia de su origen o etnia; una 68  Cf. L uciano de S amosata , Peregrino 13. 69  Cf. G il A rbiol , “De la casa a la ciudad”. 70  Sobre este contexto asociativo, cf. H arland , Associations, synagogues and con- gregations . 71  Las razones de la expansión del cristianismo en los primeros siglos ha sido objeto de estudio y publicaciones diversas; cf. S tark , La expansión del cristianismo; B oin , Coming out Christian in the Roman world; H urtado , Destructor de los dioses; K reider , La paciencia .

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