BCCCAP00000000000000000000781

222 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 las transgresiones” (cf. Rom 3,25; 2 Cor 5,19) porque no le afectan a su iniciativa de amar y acoger. Este cambio de paradigma del modo de actuar de Dios es una consecuencia directa de la comprensión de la cruz como modelo de la identidad y actuación de Dios. El segundo cambio que introduce en los mecanismos de relación de Dios es la peculiar lectura del pasaje de la Aqedá  56 , especialmente la frase de Gn 22,12(.16): “No te has apropiado de tu hijo amado ante mí [ouk efeís ō tou huiou sou tou agap ē tou di’ emé]” . La traducción del verbo feído- mai es complicada  57 , pero expresa el ejercicio de apropiación o de reten- ción de algo o alguien. Pablo alude a ese pasaje de Génesis en Rom 8,32, donde Jesús ejerce el rol de Isaac y Dios el de Abrahán: “No retuvo [ouk efeísato] ni a su propio Hijo, antes bien lo cedió [paréd ō ken] por todos nosotros”  58 . De este modo, igual que Abrahán no retuvo, no se apropió de la vida de su hijo, así también Dios no se ha apropiado ni retenido (en el sentido de salvarle del destino de su propia libertad) a Jesús. Esta idea, re- petida en otras ocasiones (cf. Rom 11,21; 1 Cor 7,28; 2 Cor 1,23; 12,6; 13,2) refleja una particular comprensión paulina de la historia como objeto de respeto de Dios hasta el tiempo final. Esta es una consecuencia teológi- ca: el Dios revelado en la cruz de Jesús, que ha respetado su libertad sin librarle de su destino, sin retenerlo, sino dejándolo que complete su pro- pia libertad, actúa así con todas las personas. Dios respeta su creación y hace responsables a las personas del destino de la creación, hasta el tiempo final (cf. Rom 8,22-23; 1 Cor 15,24-28). Estos subrayados paulinos tienen algunas consecuencias. Una cons- tante peculiar de las cartas de Pablo es la vinculación de la muerte en cruz 56  Cf. S egal , “‘He who did not spare his own son...’”; P érez F ernández , “The Aqe- dah in Paul”. 57  El verbo feídomai es difícil de traducir y se mueve en tres áreas de sentido muy cercanas; significa 1) evitar (algo a alguien), salvar o librar (a alguien de algo), ahorrar (algo penoso a alguien); 2) también es abstenerse (alguien del uso de algo) o retener (algo o alguien), y 3) arrepentirse, echarse atrás, dejar (de hacer algo); cf. L iddell – S cott – J ones , A Greek-English Lexicon . 58  Los verbos feídomai y paradídomai están estrechamente relacionados en esa frase y subrayan la misma acción de Dios en dos momentos diferentes, en una pro- gresión: no retener y ceder o permitir. Cf. P enna , Carta a los Romanos, 683: “Los dos verbos se completan mutuamente, de tal modo que la construcción negativa del primero queda complementada por la positiva del segundo”. Sobre la traducción de paradídomai como “ceder”, “permitir”, en el sentido de dejar de tener control sobre algo, cf. Rom 1,24: Diò paréd ō ken autoùs ho theòs en tais epithymíais t ō n kardi ō n aut ō n eis akatharsían tou atimázesthai tà s ō mata aut ō n en autois (también Rom 1,6.28, etc.).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz