BCCCAP00000000000000000000781

218 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 más peculiares de Pablo  42 . En el inicio de la primera carta a los Corintios, Pablo orienta toda su lectura desde una clave de interpretación que él llama “la palabra de la cruz”, y que explica de un modo sencillo: “La palabra de la cruz es una locura para los que se pierden; mas, para los que se salvan –para nosotros–, es fuerza de Dios [Ho lógos gàr ho tou staurou tois mèn apollyménois m ō ría estín, tois dè s ō zoménois h ē min dynamis theou estin], 1 Cor 1,18)  43 . La experiencia vocacional de la que hemos hablado resultó ser para Pablo, precisamente, una prueba de la “fuerza” que ejerció en él (la comprensión del acontecimiento de) la cruz como liberadora de la “conde- na de la Ley” (katára tou nómou, Gal 3,13); la cruz le reveló el rostro de un Dios que no está preocupado por su pureza, santidad y distancia, ni por la del creyente, sino por acercarse, acompañar y acoger a aquellos “malditos” como Jesús. Su fuerza estaba, precisamente, en aquel abajamiento (heautòn ekén ō sen, Flp 2,7). Al contrario que la fuerza convencional que se había uti- lizado contra Jesús para humillarlo y someterlo y que había resultado inútil, una nueva fuerza, en apariencia de debilidad, ausencia y silencio, se revelaba más fuerte: Dios había resistido cualquier intento de venganza, de castigo, de satisfacción. Esta fuerza de Dios resultaba realmente nueva y buena – tò euanggélion– , y Pablo la había descubierto en el Crucificado  44 . En este mismo sentido habría que entender la “forma de Dios” (en morf ē theou, Flp 2,6), aplicada en el llamado himno de Filipenses al abaja- miento de Jesús que acaba en la cruz  45 . En este texto, Pablo recoge una tradición que presenta a Jesús Mesías en un doble proceso; en primer lugar, muestra su vaciamiento (ekén ō sen), abajamiento (etapein ō sen), sumisión (hyp ē koos), muerte y cruz (thanátou dè staurou)  46 ; en segundo lugar, su 42  Cf. C ampbell , “The story of Jesus in Romans and Galatians”; B arclay , “Paul’s story: theology as testimony”; G orman , Cruciformity; H ays , “Is Paul’s gospel narrata- ble?”, esp. 226. 43  Es cierto que Pablo puede estar utilizando al inicio de la carta este argumen- to de un modo exagerado para crear un efecto retórico que minimice el afán de sa- biduría convencional que triunfaba entre los destinatarios corintios; sin embargo, más allá de esta posible coyuntura, este argumento resulta central en otras cartas también, como Gal, Flp o 2 Cor; cf. W illiams , Enemies of the cross of Christ; K elly , Sa- cred violence; G orman , Inhabiting the cruciform God; P ickett , Cross in Corinth; W illiams , “Paul’s anti-imperial ‘discourse of the cross’”. 44  Cf. M oltmann , El Dios crucificado, 99-100. 45  Esta expresión (en morf ē theou) es de las más estudiadas y muy compleja; para una visión panorámica, cf. O’B rien , The Epistle to the Philippians, 207-211. 46  Dos modelos de comprensión de este proceso son los que utilizan los intér- pretes: el de Adán [ D unn , Christology in the making, 116] o el del Siervo de Isaías [ B auckham , Jesus and the God of Israel, 41-45].

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz