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210 LA CRUZ Y EL IMPERIO EN EL PROYECTO DE PABLO REVISTA BÍBLICA   2018 / 3 4 Lucas recoge en el libro de los Hechos subraya una crítica poco disimulada a “Moisés” y a la función del templo, lo que explica que produjera altercados entre otros helenistas no creyentes en Jesús (Hch 6,9-14), que habían viajado a Jerusalén precisamente por su fuerte vinculación afectiva con la ciudad y el templo. Le acusan, según Lucas, de decir que “destruiría este lugar y cambia- ría las costumbres que Moisés nos transmitió [katalúsei ton tópon touton kaí alláxei tá éth ē há paréd ō ken h ē min M ō ys ē s] ” (Hch 6,14)  20 . Estas costum- bres recibidas son aquellas por las que Pablo dice ser “exagerado defensor o celoso” en Gal 1,14 y coinciden con las consecuencias que acabamos de ver que se derivan de la proclamación de un crucificado como Mesías: la altera- ción de prácticas rituales relacionadas con la pureza (expiación, alimentos, personas…) que identificaban y separaban a los judíos en la diáspora  21 . Esto explica la presencia en Damasco de un judío celoso de esas tradiciones. Sin embargo, a juzgar por los testimonios de Pablo, lo que adquiere una centralidad inesperada en este enfrentamiento no es la vigencia de las tradiciones o de los principios de identidad judía, dado que no aparecen en los testimonios vocacionales de Pablo; lo que se coloca en el centro es el acontecimiento de un crucificado y su significado. La comprensión de este evento histórico y el sentido que tuvo para aquellos judíos helenistas se convierte en el punto central del enfrentamiento. Quizá conviene insistir en un punto mencionado antes: la resurrección de Jesús no está en el foco del debate; ni para los mesiánicos tenía gran relevancia teológica ni para los fariseos, como Pablo, creaba problema o novedad, a no ser su adelanto y su verificación en un crucificado. Lo que suscita inconvenientes a alguien como Pablo, más allá de las consecuencias prácticas que afectan a las cos- tumbres, es que la cruz de Jesús se presente como teológicamente relevan- te. Y esto es lo que parece que ocurrió  22 . Para el fariseo Pablo, aquel crucificado no tenía ningún sentido teo- lógico, como quedaba claro por el texto de Dt 21,22-23, que cita en Gal 20  Aunque el tema de las “costumbres” (éthos) es predilecto de Lucas en Hch (6,14; 15,1; 16,21; 21,21; 25,16; 26,3; 28,17), resulta plausible que la innovación me- siánica del Crucificado les llevara a plantear interrogantes sobre determinadas costumbres rituales (expiación, sacrificios, pureza, comidas…) que afectaban a la identidad externa de los judíos, especialmente en la diáspora; cf. S tegemann – S te ­ gemann , Historia social del cristianismo primitivo, 368-370; T heissen , La religión de los primeros cristianos, 103-105. 21  Cf. S tegemann – S tegemann , Historia social del cristianismo primitivo, 343. 22  Los testimonios de Pablo que aluden a su vocación tienen una estrecha cone- xión con el impacto del conocimiento del Crucificado; cf. más adelante las referen- cias a la cruz en Gal.

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