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154 CARLOS GIL ARBlOL licenciosas n orgiásticas 28 , como sugiere el, de otro modo enigmático, aviso SU1 TOUS áYYÉAOVS (1 Cor 11,10]29. Lo más probable es que la situación descrita en estos versículos esté relacionada con ellos y las influencias 'lue mantenían 3o . Estos signos externos aludidos en ICor 11 ,4-5 podrían, por tanto, ser interpretados como presiones contarninantes 31 . Por otra parte pode– mos reconocer otro grupo que, en el lado opuesto de los anteriores, no solo no reconocen la igualdad de roles sino que pretende que la mujer lleve un signo externo de subordinación al varón, como sugiere la respuesta de Pablo en 1 Cor 11,15, en la que responde que la melena (f] KÓfJ.ll) le ha sido dada ala mujer en vez de velo (áVTl 7TEpl~oAalov SÉSoTmj32. Quizá, en este caso, quienes piden el velo pueden tener relación con aquellos que aparecen tras las preguntas de 1 Cor 7,1.25 (sobre la abstinencia sexual y la visión "peca– minosa" del matrimonio), como vamos a ver a continuación. A los primeros, Pablo les responde con los argumentos de los segundos (cf. 1 Cor 11,3.7-10), mientras que a los segundos responde con los argumentos de los primeros (cf. ICor 11 ,11-12). El objetivo, pues, no es resolver el rol de la mujer en la comunidad (que lo da por supuesto; cf. ICor 11,4) sino frenar las amenazas externas 33 . 2.3.2. Instituciones familiares amenazadas En 1Cor 7 Pablo debe hacer frente a una serie de amenazas comunita– rias que toman cuerpo en desafíos a diversas instituciones familiares. Uno de los textos donde mejor se puede percibir la estrecha relación entre estos peli– gros y la integridad de la EKKAllala es en 1 Cor 7,14; aquí se plantea la san- 28 ef. E. S. Fiorenza,/n Memory ofHer..., 230. 29 Expresión referida, probablemente, a los YUVatKOVÓ~OL, varones que debían vigilar la cor– recta presentación de las mujeres en público: cí. D. Odgen. "Centralliog Women's Dress: gynaikono– moi", in: J. L1ewellyn-Jones Ced.), Women:S- Dress in the Andent Greek World, Duckworth, Landon 2002,203·226; Winter, Roman Wives.... 85-91. 30 Respecto a la relación de los comportamientos, cC. Scroggs, "Pau} and the Eschatological Woman...• 297. 31 Sabemos que los sacerdotes de Isis se afeitaban la cabeza (cí. Wiu, /sis ..., 91) y que las sacerdotisas se dejaban e.l pelo suelto (cf.Albio Tibulo, E/egiae 1,3,23-32; cf. también Wiu, /Sis ..., 92). También tenemos constancia de mujeres que se rapaban el pelo (como Tecla; HchApPITe 25,1) y varo– nes que se lo dejaban largo (como los nazirim; cf. Jue 13,5) para poder desempeñar una determinada tarea. La apariencia, en general, y el modo de presentar el pelo, en particular, son interpretados como signos de identidad; así lo recoge T. A. J. MacGinn, Prostitutioll, Sexuality and the Law in the Ancient Roma, Oxford University Press, Oxford 1998, 162: "Tú eras lo que llevabas". 32 Cf. A. G. Padgeu, "The Significance of aYTL in 1Corinthians 11 :15", Tynda/e Bulletin 45.1 (1994) 181-187. 33 La conclusión, con la mayoría de los estudiosos, sería: los varones y las mujeres pueden orar y profetizar como tales, sin necesidad de abusos en la apariencia. Cf. Horrell, Social Ethos 01 Corinthian Correspondence..., 173 (nota 246). Sin embargo, para comprender el alcance de la respue· sta, es fundamental situarla en un contexto plausible.

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