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C a r l o s G i l A r b i o l 380 una posición intermedia entre el segundo y el tercer grupo es la más ajustada a los textos paulinos. Pablo, probablemente, entendía la ἐκκλησία como una creación histórica en camino hacia la plena realización del proyecto de Dios, que incluiría la renovación de Israel tal como lo comprendía a partir de la muerte de Jesús, conectando directamente con las esperanzas más universalistas del libro de Isaías (Is 60,3-4; 66,18-24). Esta nueva realidad dinámica (en camino, en proce- so), formada por todos los judíos que terminarían creyendo en el Mesías Jesús en un futuro próximo además de todos los gentiles que también lo aceptaran, es la que él llama ἐκκλησία y que se relaciona con Israel como una transición, como un paso previo al Israel escatológico, el del tiempo final (Rm 11,26) 21 . El “Israel según la carne” es el Israel presente, el Israel étnico, los circuncida- dos que están llamados a creer en el Mesías (aunque se resistan); el “Israel de Dios” es aquello a lo que está llamado a ser Israel que ya ha comenzado con los judíos que han creído en él, en el que se incluirán también gentiles creyentes en Cristo. Como el “Israel según la carne” (1 Co 10,18) no es todavía el “Israel de Dios” (sólo una parte lo es: Rm 9,6.25.27; 11,5), Pablo se sitúa en esa transición y entiende su misión como el proyecto de impulsar este camino: la transición de un Israel al otro es lo que considera ἐκκλησία . Desde esta perspectiva, Pablo no defiende que la ἐκκλησία sea el nuevo Israel, sino que aquella propone a Israel la vuelta a sus mejores raíces; la ἐκκλησία invita (incita, empuja, provoca, etc.) a Israel a recuperar la identidad y el horizonte perdido (Rm 11,25-32). El objetivo de la ἐκκλησία es, pues, devolverle a Israel su identidad y, por tanto, no es fin en sí misma. Dicho de otro modo, el obje- tivo de la ἐκκλησία es que ella misma se transforme en el “Israel de Dios” en el momento final; entonces Israel y la ἐκκλησία se confundirán. Tres datos, a mi modo de ver, justifican lo dicho. Primero, cuando Pablo, en la Carta a los Gálatas, tuvo que argumentar y explicar por primera vez cuál era el estatus de los gentiles creyentes en Cristo respecto al pueblo de Israel, elaboró un complicadísimo argumento por el que mostraba cómo Israel in Pauline Interpretation, 1920 to the Present”: RBL 14 (2012) 345-347, I. H. M arshall , “Whom God has called: the relationship of church and Israel in Pauline interpretation, 1920 to the present”: JSNT 34 (2012) 84 y P. M. E isenbaum , “Whom God has called: the relationship of church and Israel in Pauline interpretation, 1920 to the present”: CBQ 75 (2013) 178-179. 21 La discusión sobre este versículo ha sido mucha; ver, por ejemplo: C. Z occali , “’And so all Israel will be saved’: competing interpretations of Romans 11.26 in Pauline scholarship”: JSNT 30 (2008) 289-318. También la “alianza del espíritu” ( ἡ καινή διαθήκη , 2 Co 3,6) o “ministerio del espíritu” ( ἡ διακονία τοῦ πνεύματος , 2 Co 3,8).
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