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C a r l o s G i l A r b i o l 406 en las corrientes hegemónicas del naciente cristianismo, como se percibe en la Primera Carta de Clemente ( 1Clem 5,4-5) e Ignacio de Antioquía ( IgRm 4,3), para quienes Pedro y Pablo eran los “buenos apóstoles” cuyo martirio les concedió la máxima dignidad, aquella que no habían logrado en vida. Otro ejemplo canónico de este encuentro de las memorias de Pedro y Pablo lo podemos encontrar en la Primera Carta de Pedro. Esta carta parece representar una peculiar tradición romana de algunas ideas paulinas 96 vincu- lada, además, con Marcos (que la tradición identificaba con el evangelista: 1 P 5,13), pero apela a la autoría de Pedro. A pesar de que los intentos de vincular el texto a una tradición petrina no se hayan generalizado 97 parece claro que la relación temprana de este texto con Pedro (5,1: “testigo de los sufrimientos de Cristo” μάρτυς τῶν τοῦ Χριστοῦ παθημάτων ) es un esfuerzo de reconciliar recuerdos paulinos con petrinos, probablemente en Roma 98 . Lo más peculiar de este proceso, no obstante, lo constituye el recuerdo del martirio de Pedro y Pablo en Roma. Esta tradición se inició independiente- mente; en el caso de Pablo, las cartas deuteropaulinas (Col y Ef) y, más aún, las pastorales (1 y 2 Tim y Tit) desarrollaron la imagen de Pablo sufriente, sacrificado y legitimado 99 . En el caso de Pedro, el Evangelio de Juan ya recoge a finales del siglo primero una alusión a su muerte ( Jn 21,18) que se ampliará más adelante (1 P 5,1; 2 P 1,14-15; Primera Carta de Clemente 100 ; Hechos Apó- crifos de Pedro; etc.) 101 . Pero lo más significativo es el recuerdo conjunto de su destino fatal que daba la impresión de un martirio compartido y, por tanto, 96 Cf. D. G. H orrell , “The product of a Petrine circle? A reassessment of the origin and character of 1 Peter”: JSNT 86 (2002) 29-60, que defiende la idea de que esta carta representa una tradición con vinculaciones paulinas proveniente de Roma, pero no es representante de una tradición petrina. Ver también: J. H erzer , Petrus oder Paulus? Studien über das Verhältnis des Ersten Petrusbriefes zur paulinischen Tradition (Tübingen 1998). 97 Cf. J. H. E lliott , 1 Peter: a new translation with introduction and commentary (New York; London 2000) 37-38. 98 Cf. H orrell , “The product of a Petrine circle?”, 51-52; F. B ovon , “Foi chretienne et religion populaire dans la Premiere Epitre de Pierre”: ETR 53 (1978) 25-41 (esp. 31). 99 Cf. M acdonald , Las comunidades paulinas, 289-294; M arguerat , “Paul apres Paul: une histoire de reception”. 100 1Clem 5,3-4: “Tendríamos que ponernos delante el ejemplo de los buenos apóstoles. Pedro, que por una envidia injusta tuvo que soportar la dificultad no una o dos veces sino muchas veces. Y habiendo dado testimonio ( μαρτυρήσας ) fue al lugar de la gloria merecido”. 101 Cf. M. N. A. B ockmuehl , The remembered Peter in ancient reception and modern debate (Tübingen 2010) 119-132.
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