BCCCAP00000000000000000000779

E l f r a c a s o d e l p r o y e c t o d e P a b l o y s u r e c o n s t r u c c i ó n 405 para dar “nutrición y cohesión” (Col 2,19); éstos son los “apóstoles y profetas” que han recibido en exclusiva el “misterio escondido por generaciones”, que es el destino compartido por judíos y gentiles, coherederos de las promesas, miembros del mismo cuerpo (Ef 3,4-6); éste, para Pablo, era un misterio que él había compartido con todos los creyentes (cf. Ga 3,22-4,7). En la práctica, el cambio de metáfora sirvió para legitimar un sistema de autoridad patriarcal que habla de los creyentes como “familiares de Dios” (Ef 2,19-20) o de la ἐκκλησία como la “casa de Dios” (1 Tim 3,15), organizada según el modelo patriarcal que pone la autoridad en manos de varones ejemplares. Este modelo, como hemos dicho, y su legitimación teológica (Ef 5,25-33), será el fundamento de autoridad que reemplazará al más carismático de Pablo 93 . 5. LA MEMORIA DE PABLO SE RECONSTRUYE (JUNTO CON LA DE PEDRO Y OTROS) La reconstrucción de la memoria de Pablo se realiza de modo paralelo y en estrecho diálogo (a veces en oposición) a la reconstrucción de la memo- ria de Pedro, que adquirió muy pronto una predominancia y autoridad casi indiscutida. A ella se suma la de Pablo (y la de Santiago, Juan y Judas) para constituir la base del naciente cristianismo. Los problemas de apostolicidad de Pablo fueron resueltos, bien por la vía del pleno reconocimiento de su apostolado (como en las cartas deu- teropaulinas) 94 o bien por la reconciliación con los “apóstoles” (como en los Hechos de los apóstoles y la literatura narrativa) 95 . La división de campos de misión se anuló y se mostró a Pablo en sintonía con Pedro y los demás, por ejemplo presentándoles en perfecto y coordinado relevo (como Hch). El empeño de construir “no sobre cimientos puestos por otros” (Rm 15,20) sino sobre el único pilar básico (Cristo, 1 Co 3,10-11), ahora se amplía a la posibilidad de construir sobre el “cimiento de los apóstoles y profetas”, donde Cristo es la “piedra angular” (Ef 2,11-22). Pablo se convierte en un pilar más de la construcción del naciente cristianismo: es cimiento junto con los demás apóstoles. En este aspecto, Lucas inició una tradición que tuvo continuidad 93 Cf. M acdonald , Las comunidades paulinas, 286-288 y 309-310. 94 Cf. M. C. d . B oer , “Images of Paul in the post-apostolic period”: CBQ 42 (1980) 359-380 (esp. 360-363). 95 Cf. P ervo , Pablo después de Pablo, 298.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz