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E l f r a c a s o d e l p r o y e c t o d e P a b l o y s u r e c o n s t r u c c i ó n 403 acarrea a la familia). Tecla escapa milagrosa y repetidamente de sus arrestos, se bautiza a sí misma y Pablo la nombra ministra de la palabra 87 . El conjunto de la obra y, especialmente, el personaje de Tecla, se entiende como una visión alternativa, dentro de los seguidores de Jesús del siglo segundo, a la imposición y generalización del patriarcado como modelo de organización y de gobierno 88 . Por su parte, el evangelista Marcos, probablemente contemporáneo de los autores de las cartas deuteropaulinas (Col y Ef), se remite a la autoridad de Jesús para legitimar una visión no patriarcal de la casa de un creyente. El capítulo 10 es una sucesión de episodios en los que Marcos recopila y edita dichos y recuerdos de Jesús sobre las relaciones conyugales (Mc 10,1-12), las relaciones paterno-filiales (Mc 10,13-16), la relación con el dinero (Mc 10,17-27) y las relaciones serviles (Mc 10,35-45) 89 . Marcos mantiene en este capítulo la preferencia que habían mostrado Jesús y Pablo por los miembros inferiores de los tres pares, aplicando a la casa el principio de inversión simbólica formulado por Jesús: “muchos primeros serán los últimos y los últimos, los primeros” (Mc 10,31). Marcos se muestra así crítico con la incorporación del patriarcado dentro de los grupos de seguidores de Jesús y presenta una alternativa de resistencia, si bien no terminó imponiéndose más allá de los elementos correctivos que, sin duda, inoculó a la versión “cristiana” del modelo de casa patriarcal. Por otro lado, los discípulos de Pablo también corrigieron la actitud dis- tante (resistencia larvada o deslegitimación) respecto de las autoridades civiles y religiosas, muy relacionada con su visión apocalíptica. Pablo, como hemos visto, mostró una actitud respetuosa pero distante respecto de las autoridades civiles y líderes religiosos. La sumisión a “toda autoridad” no iba con él, que se enfrentó con otros líderes dentro del movimiento de Jesús (Ga 2,11-14), con las autoridades judías de las ciudades de la diáspora que visitaba (2 Co 11,25-26; cf. Hch 17,1-8) y que mostró repetidas veces la convicción de que las autori- dades imperiales (incluidas en la expresión “principados y poderes”) iban a ser sometidas al Señorío de Cristo que dominaría en breve toda la creación 87 A. P iñero S áenz – G. d . C erro C alderón , Hechos apócrifos de los apóstoles II. Hechos de Pablo y Tomás (Madrid 2005) 716-722. 88 Cf. D. R. M ac D onald , The legend and the Apostle: the battle for Paul in story and canon (Philadelphia 1983); M acdonald , Las comunidades paulinas, 261-265. 89 Cf. R. A guirre , Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana. Ensayo de exégesis sociológica del cristianismo primitivo (Estella 1998) 142-144.

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