BCCCAP00000000000000000000779

E l f r a c a s o d e l p r o y e c t o d e P a b l o y s u r e c o n s t r u c c i ó n 397 embargo, una vez que este había sido superado y se habían resuelto parcial- mente los conflictos por los que Pablo se distanció de la memoria de Jesús, se podían poner en diálogo y reconciliar la teología de la cruz y la teología de la vida de Jesús. Esta tarea la hizo, al menos en parte, el evangelista Marcos. Aunque la tradición inaugurada por Papías presenta a este evangelista como “intérprete de Pedro” 74 , en realidad 75 , la posición teológica de Marcos está más vinculada con la memoria de Pablo que con la de Pedro 76 . Sus semejanzas en muchos aspectos permiten afirmar que Marcos es un intérprete o simpatizante 74 Papías: “Marcos, interprete que fue de Pedro, puso cuidadosamente por escrito, aunque no con orden, cuanto recordaba de lo que el Señor había dicho y hecho. Porque él no había oído al Señor ni lo había seguido, sino, como dije, a Pedro más tarde, el cual impartía sus enseñanzas según las necesidades y no como quien se hace una composición de las sentencias del Señor, pero de suerte que Marcos en nada se equivocó al escribir algunas cosas tal como las recordaba. Y es que puso toda su preocupación en una sola cosa: no descuidar nada de cuanto había oído ni engañar en ello lo más mínimo” (recogido en: Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica III 39,15). Esta relación de “Pedro” con “Marcos” aparece en 1Pe 5,13, quizá para confirmar la atribución de Papías, que son probablemente contemporáneos. Después, Ireneo ( Adversus Haereses 3,1,1), Clemente (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica II 15,2; VI 14,6-7), Tertuliano ( Adversus Marcionem 4,5) y Orígenes (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica VI 25,5), entre otros, recogen la misma idea. 75 Esa es la razón que ha permitido que se haya mantenido en la memoria de los cristianos la vinculación de este evangelio con Pedro: su protagonismo resulta abrumador en el relato. La impresión que esta atribución de dependencia petrina logra en el lector es que Pedro, a pesar de sus errores y desaciertos, debe ser en la memoria del seguidor de Jesús en la segunda generación un pilar incuestionable. Sin embargo, si prescindiéramos de aquella primera atribución de Papías, la impresión del protagonismo de Pedro puede ser muy diferente, puesto que se convierte en el modelo de la torpeza y lentitud, de la falta de comprensión del modelo de Jesús, de la negación, la traición y el abandono. Un lector desconocedor de aquella asociación de Marcos con Pedro podría concluir que, en realidad, Marcos está polemizando con Pedro (y los demás discípulos) por falta de comprensión de Jesús y de su misión. Esta incomprensión queda muy en evidencia en Mc 8,14-9,8, donde Pedro personifica reiteradamente su incapacidad para entender la novedad de Jesús (fundamentalmente, la superación de las normas de pureza legal y la importancia de su muerte en cruz); al final del relato, en 16,7-8, es nombrado como destinatario del anuncio final de la resurrección (un anuncio que deben hacer los destinatarios del Evangelio de Marcos, una vez que han comprendido qué le deben anunciar a Pedro). Marcos parece que está polemizando con Pedro y la familia de Jesús (vinculados éstos con Santiago “el hermano del Señor”), como representantes de los seguidores de Jesús más vinculados a las tradiciones judías. No es necesario aceptar la postura extrema de T. J. W eeden , Mark: Traditions in Conflict (Philadelphia 1971), que defiende la idea de que Marcos está polemizando contra un grupo herético dentro de su comunidad representado por Pedro. 76 Cf. J. M arcus , “Mark Interpreter of Paul”: NTS 46 (2000) 473-487; R. W hitaker , “Rebuke or recall? rethinking the role of Peter in Mark’s Gospel?”: CBQ 75 (2013) 666-682; P ervo , Pablo después de Pablo, 381: “Marcos parece reflejar, en parte, ideas paulinas radicales”. Para un balance de la cuestión, ver: O. W ischmeyer – D. C. S im – I. J. E lmer , Paul and Mark: comparative essays Part 1. Two authors at the beginning of Christianity (Berlin 2014) y E.-M. B ecker – T. E ngberg -P edersen – M. M ueller , Paul and Mark: comparative essays Part 2. For and against Pauline influence on Mark (Berlin 2014).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz