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C a r l o s G i l A r b i o l 394 justificado (Mt 7,21 proviene de la fuente Q y Mt 13,24-30 se refiere a “Satán”, no a Pablo), no lo es tanto reconocer que este evangelio se sitúa a distancia de los postulados paulinos y, quizá, en oposición a quienes defienden en su tiempo determinadas ideas vinculadas a la misión de Pablo 58 ; la defensa que Mateo hace del cumplimiento de la ley para todos los creyentes en Jesús lo sitúa muy cerca de aquellos a los que Pablo se enfrenta en la Carta a los Gá- latas 59 . Esto significa que, en cierto modo, los opositores de Pablo triunfaron y su proyecto fracasó 60 . Para Mt Israel sigue siendo el horizonte correcto (como pensaba Pablo), trayendo a los gentiles a la observancia de la ley tal como la entendía Jesús. Mt, pues, transforma algunos aspectos del proyecto de Pablo pero comparte otros; reivindica el concepto de “justicia” para el cumplimiento de la ley mientras que defiende la separación del judaísmo hegemónico que controla la sinagoga, presentándose como el heredero de la tradición de las promesas de Dios a Israel 61 . Aunque las transformaciones citadas del proyecto de Pablo terminaron imponiéndose, coexistieron con otras que ofrecían reconstrucciones alterna- tivas. Una recuperación diferente fue la de Marción 62 . Frente a la lectura de Lucas y la que se fue generalizando en reconciliación con Pedro (como vere- mos más adelante) y las demás tradiciones del naciente cristianismo, Marción recuperó los textos y la imagen de Pablo como el único apóstol que preservó sin contaminación la enseñanza de Jesús: la justificación por la gracia sin las obras 63 . Sin embargo, subrayó un aspecto de la misión paulina que estaba siendo descartado por las corrientes que terminarían siendo hegemónicas: la visión apocalíptica de la historia, que Marción aprovecha para separar el pasado (la escritura, Dios, etc) del presente, malinterpretando a Pablo 64 . La lectura que Marción hizo de la memoria de Pablo es, al menos en parte, un ejercicio de 58 Cf. P ervo , Pablo después de Pablo, 302-307. 59 Cf. D. C. S im , “Matthew’s anti-Paulinism: a neglected feature of Matthean studies”: HTS Teologiese Studies 58 (2002) 767- 783; D. R. C atchpole , Resurrection people: studies in the resurrection narratives of the Gospels (London 2000) 59. 60 Cf. P ervo , Pablo después de Pablo, 255. 61 Cf. J. A. O verman , Matthew’s Gospel and Formative Judaism: The Social World of Matthean Community (Minneapolis 1990); A. J. S aldarini , Matthew’s Christian-Jewish Community (Chicago 1994). 62 Cf. J. W. M arshall , “Misunderstanding the New Paul: Marcion’s Transformation of the Sonderzeit Paul”: JECS 20 (2012) 1-29. 63 Cf. F. F. B ruce , The canon of Scripture (Glasgow 1988) 134. 64 Cf. H. R äisänen , “Marcion”, en: S. W esterholm (ed.), The Blackwell companion to Paul (Oxford 2011) 301-315.

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