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C a r l o s G i l A r b i o l 390 que lo reconducían. Sin embargo, no hubo una única reconstrucción de aquel proyecto; si bien algunas de esas reconstrucciones confluyeron en una visión hegemónica plural, hubo otras alternativas que se empeñaban en revivir al- gunas de las características del proyecto de Pablo en nuevas circunstancias. En general, estas alternativas son las que no tuvieron continuidad aunque influyeron determinantemente en la visión que terminó imponiéndose. Esto plantea un escenario plural y ambiguo, en el que no es fácil identificar las nuevas características con sus defensores y con los restos literarios que nos han quedado 43 . Voy, sin embargo, a esbozar algunas líneas que podemos re- conocer de la evolución del proyecto de Pablo, señalando las características que no tuvieron continuidad y cómo fueron transformadas en distintos círculos de creyentes del siglo II e.c 44 . 1. LA ἘΚΚΛΗΣΊΑ MIRA AL COSMOS NO A ISRAEL La esperanza de que Israel aceptara a Jesús como mesías no se cumplió: la mayor parte de judíos como Pablo no aceptaron el mesianismo de Jesús 45 . Sin embargo, el fracaso del proyecto de transformación de Israel (en la me- jor versión de sí mismo) mediante la incorporación de gentiles creyentes en Cristo sin circuncidar no había reducido las asambleas paulinas; más bien al contrario, estas siguieron creciendo fundamentalmente por la incorporación de gentiles, probablemente temerosos de Dios en su mayoría, y favoreció la 43 Adolf Harnack extendió la idea de que la memoria de Pablo sufrió un cierto recelo durante la primera parte del siglo II por la apropiación que hicieron de él Marción y algunos gnósticos, pero la mayoría de autores consideran que su peso fue creciente desde finales del siglo I; cf. G. B arbaglio , Pablo de Tarso y los orígenes cristianos (Salamanca 1989) 269-270. 44 Cf. M. F. B ird – J. R. D odson , Paul and the second century (New York; London 2011). 45 Johannes Weiss rechazó a comienzos del siglo XX la idea del fracaso de la misión a los judíos en el cristianismo primitivo [ J. W eiss – R. K nopf , The History of primitive Christianity (2 Vols.) (London 1937) II:666-703]. Sus razones tienen cierto fun- damento y han sido recuperadas recientemente en la obra de Rodney Stark ( R. S tark , La expansión del cristianismo 55-72) aunque la tesis hay que aplicarla al conjunto de los primeros siglos, no tanto a la misión paulina. John Pilch y Bruce Malina han defendido, por otra parte, que la misión de Pablo se desarrolló, exclusivamente, entre judíos circuncidados (bien de Judea, a quienes llamaba Ἰουδαῖοi , bien helenizados, a quienes llamaba Ἕλληνες ) y que de entre ellos obtuvo los miembros de la ἐκκλησία ; ver: B. J. M alina – J. J. P ilch , Social-science commentary on the letters of Paul (Minneapolis 2006) 12-14.

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