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E l f r a c a s o d e l p r o y e c t o d e P a b l o y s u r e c o n s t r u c c i ó n 387 en la expresión “principados y poderes”) iban a ser sometidas al Señorío de Cristo que dominaría en breve toda la creación (1 Co 2,8; 15,24-25; Rm 8,38; etc.) 39 . Esta resistencia de Pablo para aceptar otra autoridad que no fuese la del evangelio tiene su origen en su experiencia carismática y su horizonte en la inminencia escatológica; esto legitimó la visión apocalíptica de Pablo que le permitía soportar un cierto dualismo histórico entre el ya sí pero todavía no. Otra característica de esta construcción fue su particular concepto de autoridad, basado y legitimado en la cruz de Jesús. Esta idea, muy carismáti- ca, podría ser llamada “autoestigmatización” y se descubre en una estrategia ambigua pero muy original que Pablo despliega para hacer frente a varios de los conflictos que tuvo que enfrentar en vida. Esta estrategia estuvo marcada por la identificación con el Crucificado, por la renuncia a la imposición de la propia voluntad y por la cesión del protagonismo a la acción de Dios 40 . 5. UN PROYECTO MARCADO POR EL CARISMA DE PABLO Y LOS CONFLICTOS CON OTROS LÍDERES La última característica que menciono es el carácter libre y autónomo de su proyecto (que él justificaba como apostólico), defendido con vehe- mencia y pasión (cf. 1 Co 15,3-8; Ga 1,1; etc.), junto a su independencia de Jerusalén (cf. Ga 1-2). La colecta sugiere que esa libertad y autonomía no era desinterés o independencia total, sino también vinculación y sentido de pertenencia (cf. Rm 15,30-33), aunque, como parece, por parte de los de Je- rusalén esta vinculación no fue recíproca (Hch 21,15-26). Probablemente la combinación de ambos aspectos (libertad y vinculación), además de generar ambigüedad, explica buena parte de los conflictos que tuvo que afrontar con otros líderes de diferentes círculos de seguidores de Jesús 41 . En este contexto debemos entender, al menos en parte, su polémica relación con Pedro, con Santiago y con otros creyentes; también los conflictos estratégicos, de organi- zación y de misión que se perciben a lo largo de sus cartas (cf. Ga 1,18-2,14; 39 Cf. N. E lliott , “The anti-imperial message of the cross”, en: R. A. H orsley (ed.), Paul and empire (Harrisburg, PA 1997) 167-183. 40 Esto lo he desarrollado en otro lugar: G il A rbiol , Pablo en el naciente cristianismo, 146-152. 41 Mientras que la primera reconstrucción de su memoria en el siglo II destaca su dependencia de Jerusalén y de los demás apóstoles, la propaulina seguirá subrayando su independencia y autoridad; cf. R. I. P ervo , Pablo después de Pablo: cómo vieron los primeros cristianos al apóstol de los gentiles (Salamanca 2012) 112 y 298.

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