BCCCAP00000000000000000000776
percató de la escena, « hubo de hacer mucha fuerza para desviar al cornúpeta, que estaba sumamente ciego» contra su inocente víctima. La primera comunión se retrasó hasta cumplir los doce años, pues antes de esa edad no se atribuía entonces a los niños juicio y conocimiento suficientes para recibirla. Desde aquella fecha se acercaría con frecuencia al sacramento, y mucho más a partir del ingreso en el seminario menor de Valencia como alumno externo, en el mismo año de 1866. Pocos amigos, pero buenos En este centro asimiló las humanidades y fo– mentó la piedad, atrayéndole con particular afición la lectura de las vidas de los santos. Una de las que mayor mella hicieron en su ánimo fue la de santa Rita de Casia. A la vez, iba abriéndose a los demás por la vía de la amistad. No procuraba tener muchos amigos, pero sí que fueran de más edad que él y no menos inclinados a la piedad. Así le era más fácil continuar con su costumbre de convertir la diversión en devoción, rasgo perdurable durante toda su vida y mil veces manifestado después en la organización y parti– cipación activa en procesiones y romerías. 14
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz