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Por eso el carisma amigoniano florece y seduce, ofreciendo hoy, a cincuenta años de la inuerte del Fundador, un espacio privilegiado en el conjunto de los Institutos religiosos como compromiso pe– culiar ante un reto social y apostólico actualísimo. Y por eso es siempre confortante recordar la voz, providencialmente provocadora, de un hombre que, por su cercanía a Dios, ha sabido vibrar ante los más complejos dramas del mundo juvenil; dramas que afronta, ante todo, desde el Evangelio, inspirándose en la pedagogía del amor misericor– dioso de Jesús . ... Vidas como esta de Luis Amigó y Ferrer no necesitan prólogos. Bocetos biográficos como este de Germán Zamora no necesitan presenta– ciones. Los perfiles característicos de ese insigne capuchino, fundador y obispo, están trazados aquí con la sobriedad y el acierto de una mano maestra y hermana. Valga este modesto pórtico como invitación: invitación a conocer un hombre testigo y profeta de la caridacl de Cristo con los jóvenes, especial– mente con los extraviados; un hombre que vale la pena recordar con admiraci6n por lo que tiene de sugestiva su vida y porque su carisma supone en la Iglesia una propuesta vocacional extraordi– nariamente estimulante .., Fr. Francisco Iglesias, OFMCap. Vic. Gen. 9