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21 casa donde se supone que las mujeres vivían y trabajaban, localizada en la parte más alejada de la puerta de la casa, a veces separada del resto de la vi- vienda por otra puerta intermedia 17 . Esta división del espacio está muy re- lacionada no sólo con el binomio público-privado, sino también con el binomio exterior-interior, intemperie-cubierto 18 . Sin embargo, aunque pa- rece una división asociada a la casa griega acomodada 19 , no estaba exten- dida entre las casas egipcias del periodo helenístico 20 , ni se asumió en la casa romana 21 ; de hecho, se cree que la casa romana no tenía lugares de confi- namiento para las mujeres y que extendió la práctica para las mujeres de participar en las comidas con sus maridos e invitados 22 . Además, las evi- dencias arqueológicas de este “confinamiento” para las mujeres son inexis- tentes o muy cuestionadas 23 . Esta distinción geográfico-cultural nos remite al choque que se está produciendo entre el antiguo modelo de casa/familia griega y el nuevo modelo de la casa/familia grecorromana, precisamente en el periodo neotesta- mentario. La división de los espacios, las tareas y valores domésticos (espe- cialmente los relacionados con el género) está sufriendo en este momento una gran transformación 24 . Esta situación se percibe en las respuestas que las nuevas corrientes provocan en las ciudades romanas, como la legislación de Augusto sobre el matrimonio o el resurgimiento de la retórica que exalta 17 Cf. B.J. Capper, “To keep silent, ask husbands at home and not to have authority over men. Part I”, Theologische Zeitschrift 61(2005)113-131. 18 Ver la reflexión al respecto de J.H. Neyrey, “Teaching you in public”, 83-84. 19 Cf. también M. George, “Domestic architecture and household relations: Pompeii and Roman Ephesos”, Journal for the Study of the New Testament 27/1(2004)21. 20 Cf. R. Alston, “Houses and households in Roman Egypt”, en: R. Laurence-A. Wallace-Hadrill, Domestic space in the Roman world , 37. De hecho, no aparece en el estudio de G. Husson sobre la terminología doméstica griega en Egipto según los papiros; cf. G. Husson, Oikia , 321-324. 21 Cf. M. George, “Domestic architecture and household relations” 12-13; R. Ling, “The architecture of Pompeii”, Journal of Roman Archaeology 4(1991)248-256; A. Wallace-Hadrill, Houses and Society in Pompeii and Herculaneum , Princeton Univ. Press, Princeton, 1994, 57-58. 22 Cornelio Nepo, Vitae , 1,6-7; Praef. 4-7 (ver la nota 9). Cf. A. Wallace-Hadrill, Houses and Society in Pom- peii , 8; K.M.D. Dunbabin, “ Ut graeco more biberetur : Greeks and Romans on the dining couch”, en: I. Nielsen- -H.S. Nielsen, Meals in a social context , Aarhus Univ. Press, Aarhus, 1998, pp. 81-101; M. George, “Domestic ar- chitecture and household relations” 12. 23 Cf. la discusión al respecto en: B.J. Capper, “To keep silent”, 22 (n.30); la hipótesis del piso superior no tiene confirmación arqueológica; cf. S.B. Pomeroy, Goddesses, whores, wives and slaves. Women in Classical Antiq- uity , New York, 1975, p.81-82. 24 Cf. K.E. Corley, Private women. Public Meals , Hendrickson, Peabody, 1993, pp. 24-79; L.C. Nevett, “Continuity and change in Greek households under Roman rule. The role of women in the domestic context”, en: E.N. Osterfeld (ed.), Greek romans and Roman Greeks , Aarhus, 2002, pp.81-97; B.J. Capper, “To keep silent, 123. de la casa a la ciudad didaskalia xxxviii (2008)1

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