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48 una cierta ambigüedad que repercutió negativamente a modo de conflictos internos como los que hemos visto. La clara preferencia de Pablo por darle un carácter público a la asamblea de toda la comunidad pudo generar una alteración del equilibrio social y cultural, provocando reacciones encontra- das. La respuesta de Pablo no disminuyó el carácter público de la asamblea de toda la comunidad, sino que buscó la interacción de ambas: la asamblea doméstica se debía parecer más a la de toda la comunidad, aumentando su carácter público (subrayando la visibilidad, la necesidad de control del ám- bito doméstico, la vigencia de la jerarquización, permitiendo la transfor- mación de los roles domésticos por la influencia del espacio público y la predominancia del varón sobre la mujer) y, por otra parte, la asamblea de toda la comunidad adquirió indefectiblemente ciertos rasgos domésticos (ambigüedad de algunos roles y funciones, la posibilidad de que la mujer ejerza roles de varones, relaciones fraternas, etc.). Todos estos datos, por último, apuntan como espacio más plausible para la construcción de la ev kklhsi, a el de los locales públicos que existían en Corinto. Pablo prefirió el modelo político para construir la ev kklhsi, a frente al modelo doméstico. Ninguno de los datos apunta a la casa como espacio preferente para la ev kklhsi, a o como lugar que explique mejor los conflictos que descubren los textos y las respuestas de Pablo, pero la casa jugó un pa- pel esencial es esta estrategia, puesto que le permitió a Pablo hacer que el Evangelio tomara cuerpo y se comunicara progresivamente a la ciudad, al ámbito publico, hasta transformarla. 5. Conclusiones El espacio es una construcción social y refleja parte del universo simbó- lico de quienes lo habitan, por lo que el estudio del carácter privado o do- méstico de los espacios de reunión nos revela su comprensión y viceversa. Hemos estudiado, en primer lugar, la posible dimensión pública o privada de los espacios de la casa grecorromana grande, de la pequeña y de algunos espacios comunes (dentro y fuera de la casa). Posteriormente hemos inten- tado, a partir de todos esos datos, obtener una serie de criterios para la valo- ración de los espacios de reunión de las asambleas paulinas; por último, hemos utilizado esos criterios para leer la Primera Carta a los Corintios y carlos j. gil arbiol didaskalia xxxviii (2008)1
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