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40 105 Lo mismo hace en 1Cor 11,34: ei; tij peina/| ( ev n oi; kw| ev sqie, tw( i[ na mh. eiv j kri, ma sune, rchsqe . 106 Cf. E.W. Stegemann – W. Stegemann, Historia social del cristianismo primitivo , EVD, Estella, 2001, p.389. 107 Cf. G. Theissen, Estudios de sociología del cristianismo primitivo , Sígueme, Salamanca, 1985, pp. 257-283; G.D. Fee, 1Cor , 539 (n.10); A.C. Thiselton, 1Cor , 862. 108 Cf. 1Cor 12,8-10 y Rom 12,6-8, para la diversificación de las funciones. Ver el apartado siguiente para una valoración de estas funciones. no tienen?” (1Cor 11,22) 105 . Quienes tienen “casas para comer y beber” no son aquellos que Pablo califica como “los que no tienen”; Pablo se dirige en segunda persona a los que avergüenzan a los que no tienen, por lo tanto, está enviando a sus propias casas a aquellos que podrían albergar en la suya a la comunidad. Consecuentemente, el lugar en el que se reúne la ev kklhsi, a o[ lh es otro diferente a una de esas casas grandes. En tercer lugar, la forma en la que transcurre la cena se asemeja más a la que celebraba una asociación voluntaria que a la que tenía lugar en una casa; no sólo por la aportación de todos, sino por la tendencia a diversificar y dividir las funciones internas, algo propio de las asociaciones volunta- rias 106 . 1Cor 12,28 no reproduce la estructura organizativa de la casa, sino la de una asociación. Las fronteras y división que aparecen en este texto no son sólo físicas (lugar en el que cada uno se coloca respecto a los demás), sino simbólicas: la aportación individual para la comida “común” deja en evidencia su esta- tus 107 . Esta situación refleja una preocupación por separar personas utili- zando diferentes alimentos en cantidad y calidad, diferentes lugares y por dividir las funciones internas (cf. 1Cor 12,28-30) 108 . Un local como los descritos anteriormente tenía divisiones implícitas de acuerdo al estatus de cada participante; los creyentes de más alto estatus parece que mantienen estas divisiones y las intensifican con fronteras simbólicas (diferente comida y funciones), manteniendo la división implícita del espacio y separando las funciones y roles públicos de los asistentes en la ev kklhsi, a de aquellas fun- ciones y roles domésticos de los participantes en casa. De este modo no era posible que el modelo de relaciones familiares que Pablo propone a los cre- yentes (1Cor 1,10; 2,1ss; 3,1ss y passim ) se extienda y haga efectivo en la reunión pública de toda la comunidad y, por tanto, se limitaba únicamente a las relaciones en la casa. Para aquellos las divisiones (separaciones y jerar- quizaciones) públicas existentes son predominantes sobre las domésticas (fraternas) que Pablo había propuesto. carlos j. gil arbiol didaskalia xxxviii (2008)1

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