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VIDA\ DE Mv.lPR 111 a1rubar y bendecir aih Criadm soiberano que ha pobla.– do el. mundo .de m,araivi!llas. Sin ,embargo la contElID¡P,la:ción de todas estas co– sas alza en mí un pro,fü1ndo sentimiento de, nostal.... gia. Las hermosuras que eDJ tomo mío contemplo, acrecientan ,en mí ,el deseo de ver al Autor de ellas para sumergirme en ese océano de divina; belleza; ;y ) engolia11me por corn[)'leto en su a,;mor. Las criaturas son como mensa,jeros _qu~ Dios me envía :para que me hablen de El y m~ que 1 de de El enamorado. Yo no qui,ero m¡ensajeros. Quiero al Dios que me los envía., Me veo precisado ,a exclam1ar con San Juan de la Oruz: ¡.AJy, quién podrá sanarme! AJCaba de ,entregarte ya ,de vero; no quieras erwiar,me de, ho;y más ¡ya mensajero que no saben ,decirme lo' que quiero. Y todos ·cuantos ,v:age;n de ,ti me van mil 1 gcr:-acias rerfiriendo1 y todos más me Ua,gati y déjame murien.do un no sé qué que quedan ba,Jhuciendo. Las cosas que, sobre todo, quiero que ,P,asen ante mí sin verlas nd sentir1as, son aquenas que pueden di,s... traer mi mente y robar mis ;afectos de modo que me ,aparten del Amaido de mi a,Ima, en e} cual deseo tener !fijo mi corazón. Estas cosas son: los encantos y .atr,actirvos ide:l muill– do; los acontecimientos ,que llamani la :atención de