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VIDA DE AMOR taleza, de consuelo. Ven, soberano Huésped y canso~ lador de las almas, y con' tu soplo aih:u;y.ent,a de mi los malos vientos que traen la esterilidad, la a,ridez, 1 el frío, la muer,te a la tierra de mi cor,az(:,n y mar– chHan todas las flores de las virtudes. Detente, cierzo muerto; ven, austro, que recuerdas los amores, aspi:m por mi huerto, y corran sus olor,es y pacerá el Amado entre 1as flores. ( San Juan d:e la Cruz} VI ,Para explicar los conceiptos de amor y demás fenó– menos o nrocesos de la vi>da e,srpirifoal, nunca se en– cuentran palwbra:s -adecurndas. De -ahí que se busquen símbolos o figuras que puedan de a,liguna manera ex– plicarlos. Estas figur,as se repiten paira dar las mis– mas ex¡plica.ciones. No es ext;raño, !RUes, que, en este cántico espiritual, al interior del alma, unas veces. se le dé el nombre.de jardín y otras de palacio. Por eso se dice aquí: Que es,e jardín del a~ma sea palacio rea1 µonde more mi Amado y con El abra:aado lYO viva, mientras cruce la hondura ·terrenal. Santa Teresa de Jesús habla de este palacio del al– ma y, con su acostumbrada gracia castellana, escri-