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VIDA DE AMOR 115 me hace soñar con bellezas lnsos:pecihadas. Se me presentan flores !hermosas, descono.ctdas,. No, es ex– traño que lanoe esta estrofa: Que mi alma se ,pasee ,p_or ocUIIto jarditn, donde vimtan sus flores ·perfumes y colores que vislumbrar _me 1haigan mi lejano confín. Iluminado, transformado, ¡purificado y encendido de amor de f,e, me propongo formar en mi interlo~ un hermoso jardín¡ todo poblaJlo cie fragantes floreS; por donde, al ¡pasearse imi a,~ma, pueda encontira;r, los. más .puros y confortadores solaces. · Estas flores, con que <he de adornar mi interior jar– dín, son las virtudes cristianas, e,n las que he resuel– to ejercitarme hasta ;poseerlas en grado heroico, que· es lo que• constituye, Ja per,fección evangélica. Unas de estas virtudes podrán brillar como esplén– didas rosas o como fra,gant,es lirios. La fe, la confian– za, en Dios, la caridad, el celo apostólico, la pruden– cia, ,la mortitficación, la penitencia, la fortaleza, la . templanza. ¡Qué flores más hel'mosas! ¡Cómo son-– ireipá,n a ·los ojos id.e Dioe! Al lado ,de 'las gmndes virtudes cuida,ré también de las pequeñas, que con facilidad pasan desapercibi– das, y que son como humHdes violetas que apenas se distinguen entre las zarzas y malezas; !P,ero que tie– nen muy a,gradable fragancia. Todas estas flor,es, graneles y 1pequeñas, _con que quiero ,adornar mi jardín interior, serán mis delici-as y irecrearátl¡· al rSeñor. El Amado de mi alma vendrá