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VIDA DE AIMlOR.i 1115 to die mis aficiones, deseos y afaines. Desde, que la oo– nocí la amé con toda mi alma. Y ail, amarDa a,sí, con toda ilusión la escogí y pxococé ocuilt•al'ila en el más profundo centro de mi ·corazón, p0.ra qu,e na:die pu– diera, sorprendérme1a y ,robarme estie ;preci.oso tesoro. Ji I I Naturalmente que al no querer ver las cosas de es– te mundo, no es que prietenda quedarme se¡pultado en: oscrura noche. No q1.üero que me ilumine la mene... guada 1uz de ilas lam¡parita:s de los hombves. Nece– sito de una 1uz soibrenatura'1 que V1enga de las autu– ras del cielo. .Soy hijo de la luz y por lia ,1uz1 SU\Sipiro si<empre, y :por eso aborrezco las tin.ieb~as. La <lull es •e1 mejor regalo de~ cielo. Es la vida. de mi es¡píri– tu inmorfol. E:ste es el motivo poT el que mi a'1m2í lanza este suspiro: Que, en mi int,erior, penetre una luz üelestiial que me t-ransforme todo y del terreno lodo limpio me deje, pum como etér,eo fanal. Esta luz celestial que, con todas mis fuerzas, de– seo y pi<do poseer 0,quí en· ,este, vaille de sombras, no :puede ser otra ·que la fe. Una fe vi,va, ¡penetran.., te, que se adentre ·,por todo mi· oor¡ y que influya en1 toda mi vida. Una fe que me esiclar,ezca el sentido de todas las cosas; una fo que me ilumine con ,es– plendores de eternidad, y. con esta ilum[nación que– de totalmente tr,ans;formado. 2