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100 FR. FELLCIANO DiE 'VENTOSA, O. F. M. CAP. en los cielos y, al mismo Lempo, paulatiina yi suave– mente, van asimilando el ,profundo sentido dogmá– tico que rezuman las fórmulas y ritos litúrgicos. Dos aspectos, por lo mismo, ofrece la Liturgia: de o!\ación y de :pábulo e@iritual. Como oración, la li– turgia recoge los a,nhelos (lel ,pueblo cristiano, los hace suyos y los presenta al Paidre ce1estiail. Oración de alabanza, oración de :SÚJplica, oración de ºeniten– cia es siempre la ar.ación de la coínunidad cristia,na, oración que asci-ende· Rie la tierna aI cielo para ren– dir al Dios, tres veces santo, el más debido tributo. Como pábulo espiritual, la Liturgia va suministran– do a,1 alma cristiana, además de la gracia que tan abundosa desciende del cielo en ¡os actos de culto, ese conjunto de ve11dades teoló¡gicas que serán ipara el alma mística ancla de su vida interior y medio de ascensión y de progreso. Má,s adelante intentaremos entrever el ¡porqué de la eficacia cte, las verdades teo– lógicas pa11a el progreso del alma. Por ahora, báste– nos ad 1 vertir el heciho y asentar que una vida mística que se nutre de estas ,verdades-, es una mística de la mejor ley. Así nos parece ser la! de la M. Angeles Sorazu. En su Autobiografía leemos: ",Desde el noviciado re– conocí el inapreciable don de penetrar los misterios que encierra la sagrada Liturgia y (tomé) grande afi– ción/ ,a ésta" (1 ). Esta, experiencia Ia interwreta como ley de la vida imistica cuando en La Vida Espiritulal escribe: "En la recitación o audición de las .partes que (1) Autobiogra{'ia, t. I, p. 214.

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