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ESPIRITUALIDAD DE LA M. ANGELES SORAZU 267 to-lar, sintieron que ,e11 dedo, !(te Dios movía Jas teclas fin,as de aquel espíritu (3). Con todo, la aprobación y alabanza no ha sido uná– nime. La critica. ha intentado realiziar su faena jus-– ti'Ciera at>acándola por el lado débLl de todo misticis-– mo: su exa'ltación de la vida psicológica, sobre todo en ciertos momentos del itinerario de las noches os– curas. Tal exa,ltación suscita inevitablemente un ,ama– go de ~epul.s,a en el hombre de nuestros dias, am– bientalmente muy poco propicio a dejarse sugestio– nar :Por lia.,s e:icpresio.nes de un entusiasmo monjil cu– y.a eficacia no puede comprobar al instante. Esta actitud de ,la critica motiva el qoo en nuestro primer contacto con esta alma tratemos de determi– inar ante todo él eje central de su vida intima, e,l ¡punto de rie<ferencia de toda su actividad psicológica. Ahora: bien; este eje central y punto de referencl0 (3) En los últimos afias se han publicado valiosos tJ:aba– jos sobre la M. Angeles Sorazu. En primer término la publl~ cación de su correspondencia epistolar con su Director, Pa• dre Mariano de Vega, O. F M. Cap., por el P. Melchor de Pobladura, O. F. Cap., Itinera:r-io mútico de la Madre Ange– les S<Yrazu. Primera parte: La noche oscwra de•l espíritu, Ma– drid, 1942. Segunda parte: La vida del alnw en Dioo y la de Dios en el, alma, 1952. A medo de introducción había pre– cedido a esta publicación la obrita Una flor siempreviva... Madrid, 1951. El P. Villasante, o. F. M., M. Angeles Sorazu. Vol, I: Estudio mtstico. Vol. II: Apéndicé documental. Bilbao– Oñate, 1950, nos ha dado un estudio sintético; base de estu– dios ulteriores. También lmi teólogos profesionales han sido atraídos a estudiar tan rica personalidad. El P. Bernardo Aperril:lay, O. F. M., nos ha dado un profundo estudio so– bre el Influjo de las divinas personas en la experiencia m!s– ttca, Verdad: y Vida, ,vol. 7 (1949), 75-97.
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