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ESPIRl!I'UALIDAD DE LA M. ANGELES SORAZU 43¡ misma cosa) y con ellos el. imperio de Satanás, y que cq su lu;:ar estab'lezca el reinado de Jesucristo, su Unigénito Hijo, nuestro Salvador, único Soberano de los ángeles y de los hombres... Si, Pad:fle mio, yo quie– ro ser un azot,e paria el ,demO!nio y demonios y todos ros enemigos de mi !Dio,s, siendo tain humilde cuanto ellos soberibios, tan .sumisa como rebeldes, tan agra– decida como• ingratos, tan enamorada y amante ce– looa de su hono,r y gloria y diligente .en procurarla por todos los medios posibl,es como, cllos todo lo· con– trario" ( 11). Nueva, S1anta Teresa del sig,lo XX siente latir en. ,su pecho el entusiasmo guerrero ,.de la santa caste- · 1 Uaina. Y si aquélla s~ encerró en san José de Avila para pedir püit' los letrados, ca¡pltanes de la Iglesia, esta· monja vascongada, del siglo XX se amuralla en un convento de clausura de VaHadolid pa,11a forzar· a su Dios a que la masonería, el Jiibe;ralismo, el w– daldsmo y demás sectas sean ba;rridos, no, por su jus– ticia veDJgadora, &ioo ¡por su "misericor1dia". Hija de su tiempo intercede ;pare1 que- Dios ailivie a SUJ Iglesia, en las· p.ena:lidades a que la someten los enemigos del noinb:oo de Dios. El espíritu de la senClilla monja no se ha e,goís.tamente ·encogido ent:r;e las paredes de su .celda, conventual.. All cont11ario; se, !ha dilatado pa– ra abrazar a todos sus !hermanos, llevándolos a los pies de Cristo. Con gran dosis de ignoratllcia o, quizá, de mala fe, 5e ha achacado. a las almas espiriLtuiales: sentimientos egoístas y un desentenderse d·e la suevte de la co- (U) Itineralio Místico..., 1.ª parte, p. 94.