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4.28. FR. f'F!:LICJANO DE VENTOSA, O. F, M. CAP. vülo:r de las verdades dogmáticas (8). Pero haya qua entender la realidad intima, del Cuerpo Místico e!). un sentido más restringido o más lato, es lo cierto que Angeles Sorazu l1a preferido paJ-a su espiritua– lidad una visión cristológic 1 a de amplitud, viendo in– corporados a Cristo ia todos los hombres que han si– do, son y serán, a todos los ángeles de_l cielo y aun a todas las crea.turas inanimadas en cuanto, según la sentencia de San Pablo, esperan -Impacientes la revelación de los hijos de Dios. Cristo: Alfa y Ome– ga de las obras de Dios. He aquí el gra,n misterio cristoJógico y e.clesiológico que ,entusiasma el alma de Angeles Sorazu. Un alma más que ha vivido la vi– sión c:ristocéntrica de la escueJa franciscana de teo– logía. Un espíritu dii.vino, semejante al que invadía a la creación en su alboriada, quiere Angeles Sorazu que. invada igualmente al mundo en que vive, tan distan– ciado de irnos por sus delitos. Por él pide desde su soledad y con "gemidos inenarrables". Nos lo dice ella ,en su comentario al fin de siglo: "Si algún dia experimenté la verdad de que el Es1~iritu Santo ora. en nosotros y por nosotros con gemidos inefables, creo que fué la última .noche del siglo diecinueve, y primeras ,horas del •v-einte, pues no !uí yo sino Dios quien formulaba las súplicas, que dirigí al mismo Dios aquella noche de imperecederos ,recuerdos ,a fa,. vor de la creación entera, sin que hubiese nadie en (8) Véa.se, por vía de ejemplo, en T. ZAPELENAl la cri– tica minuciosa que hace de la concepción · del P. Sauras; en De i:cclesio CMistí. Pars Altera. Romae, 1954, p. 553 ,r 111'.