BCCCAP00000000000000000000773

4!?Q FR. FE:LLCIANO DE VENTOOA, O. F. M. CAP. contenta con ir cimentada en las verdades dogmáticas propuestas por la Iglesia, juzga que su <progreso in– timo en el camino hacia, Dios se halla vinculado a una sumisión totaJ y rubsoluta al ministro de la misma. Nos desrvela este íntimo secreto de ·su ascensión mística cuando en carta a su td:irelC'tor escribe: "Sentí en todo su peso la propia debiilida:ct e iocaipaci.dad para res– ponder a los designios del Dios sin el aipoyo y prot-ec– ción de la Sa1I1ta Iglesia, personif'il:,aidn en uno de sus ministros competentes" (4). En otro estudio ha,remos objeto del mismo el exa– minar la vinculación nada común de su alma con la dirección espiriitual. Alhora nos basta saber que esa vinculación, singu,lrur y llamativa, es una, trallSll)a– rencia diáfana de su hondo sentir sobre 1a supedita– ción de su vida íntima al influ:io bieoo€Clh.or de la Igle– sia, "personificada" -nótese el relieve psicológico del vocablo- en uno de sus ministros competentes". La gracia de Cristo nos la comunica la Ig,lesia por los sacramentos y por la liturgia; sacrificial u oracio– nal. Cómo la M. sorazu se unió a la Iglesia en su vida litúrgica y sacramental lo examinaremos en nuestro próximo artículo, en el que estudiaremos la influen– cia de la liturgia en su esipiritualídad. Quede ya con– signado que su sentido dogmático, profundamente vinculado a la Iglesia, le nevaba a vivir los dogmas en las fiestas que la Iglesia va conmemorando a lo largo de su ciclo litúrgico anuad. La verdad y la vida que nos ,transmite la Iglesia tie-- ( 4,) Tomo esta referencia del extracto que hace de ella el P. Villasante, M. Angeles Sora.::::u. Vol. I, p. 334.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz