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420 YH.. FELIC'IANO DE VENTOSA, O, F. M. CAP. como continuadora de la obra de Cristo. Angeles S0- razu 110 niega ni prescinde de ninguno de los ele– mentos .sustantivos del mist1erio. Quizá las circuns– tancias ambientales y una polarización de la aten– ción de los teólogos ,hacia las tesis negadas por los protestantes, que se advierte en los últimos siglos, motivaron por repercusión en ella una prevalencia hacia la Iglesia que guía a sus fieles y batalla con– tra las fuerzas del mal; es decir, hacia la Iglesia en su aspecto visible. Mas esta prevalencia de sentido apologético no menguó en ningún modo la vivencia íntima del gran misterio en su dobla dimensión teo– lógica. * * * Ya al hojear Jas páginas de sus escritos queda la mente gratamente sorprendida ante sus frases siem– pre delicadas y sumamente· respetuosas para con la Iglesia. Ello deja entrever que vive en su alma: el más elevadó y puro de los amores: el que se recubre de veneración y de respeto. La psicología nos enseña que estos dos afectos son el rezumo sabroso del amor de benevolencia, que es el supremo amor. Rezumo de ve- . neración y respeto se regusta en las frases antes alu– didas, en las que afloran esos epítetos, que si en todo género literario traicionan las intimidades del autor, en los escritos de la M. Sornzu traicfonan felizmente su acendrado amor y veneración a la Iglesia. Así la llama: "la santa Iglesia", "mi santa. madre Iglesia", "mi santa y querida ma:dr•e la Iglesia.'' (2). (2) , Cf. La vida espi.ritual. 2 ed. Madrid, 1956, p. 61; ilutcbísografía..., P. 183; Itinerario Místico. 2. 1 parte, p, 211; Op. Ma;ianos..., p. 199, et :passim...